El incendio en Ávila, que ya ha quemado más de 12.000 hectáreas, se ha convertido en el más grave en lo que llevamos de año. Además, el viento, se ha convertido en el mejor aliado de las llamas, y ha soplado durante todo este lunes, suponiendo el mayor obstáculo para la extinción del fuego.
La tarde ha sido muy complicada para el millar de efectivos que están luchando contra el incendio, que continúa activo en nivel 2 de peligrosidad, es decir, con riesgo para la población.
Las fuertes rachas de viento, de hecho, están haciendo avanzar las llamas hasta llegar al entorno de los pueblos de Navalacruz y Navalmoral, que han llegado a temer una posible evacuación. Sin embargo, según confirma la Junta de Castilla y León, el viento tenderá a amainar y las temperaturas se espera que sean algo más frescas, favoreciendo así las labores de extinción.
No obstante, el panorama es desolador: “Lleva dos días ardiendo”, cuenta un vecino de la zona, lamentando la situación.
El fuego, devastador no ha dejado de correr hacia el sur de Ávila. “Si no se para, va a subir al pueblo”, temen.
En Navalacruz, hacen un llamamiento: “Me gustaría pedir un poco más de ayuda para Navalacruz, porque al final el pueblo se va a acabar; vamos a acabar con él”, ruega un vecino.
En Riofrío y Sotosalbo la sensación es la misma: “Nos hemos sentido muy abandonados. Desde el sábado por la noche esto se veía. La mayoría de las casas las hemos salvado los propios vecinos”, cuenta una afectada.
También Ana María Giménez, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sotosalbo, relata la dramática situación: “¿Hacia dónde tirábamos? Con los medios que teníamos era como apagar un dragón con pistolitas de agua”, denuncia.
Mientras, los efectivos continúan luchando por tierra y aire. Los vecinos ya saben que han de estar “preparados por si hay que salir en algún momento”.