Igor Postolache, presunto asesino de Erika Yunga, una niña de 14 años que vivía en el mismo edificio que él, acosó a cuatro chicas más que denunciaron los hechos, pero a pesar de las acusaciones de las menores fue condenado por un delito leve de coacciones.
El detenido, de 32 años, un acosador en serie que abordaba a las menores de edad siguiendo el mismo modus operandi; perseguirlas y acosarlas hasta llegar a intimidarlas. Fue detenido varias veces por la Guardia Civil saliendo indemne de las acusaciones. La única sentencia condenatoria fue en 2019 por la Audiencia de Oviedo que le condeno a una multa de 240 euros por un único caso de acoso.
Las víctimas hacía tiempo que alertaban de la peligrosidad de este hombre, pero como "no había llegado nunca a las manos" se consideraba delito leve y no le pasaba nada: seguía asediando a las menores de edad con total impunidad
Tras matar a cuchillas a su vecina y atrincherarse en su piso con el cadáver, Igor Postolache se autolesionó cuando la Policía Nacional fue a detenerlo. Ahora se encuentra en la UCI, con un pronostico grave. La Fiscalía le acusa de agresión sexual en grado de tentativa y delito de asesinato.