Si ya es muy difícil para unos padres en circunstancias normales tener un bebé prematuro al que tienen que dejar ingresado durante semanas o, incluso, meses, imaginen lo que ha sido para esta familia de A Coruña hacerlo en plena pandemia. La historia de Hugo, que nació en la semana 23 está recogida en un corto para recordar la importancia de las unidades de neonatología.
Un pequeño gran milagro: "Si no fuese por la sanidad pública Hugo no estaría aquí con nosotros", aseguran. Con la gente encerrada en casa, las calles de Coruña vacías y los hospitales desbordados, Paula se puso de parto.
"Estaba en la semana 23. Pensé que me moría allí. Sola", confiesa. Ella y José llevaban muchos embarazos truncados. Esperaban mellizos. Era el 23 de abril. Valeria falleció a los tres días, pero quedaba su pequeño hermano de 600 gramos de peso.
"Lo pasamos muy mal durante el primer mes. Estuvimos muy muy agobiados" cuentan. Hugo luchó. Se hizo grande y fuerte. Con mucha ayuda en plena ola de coronavirus: "Después de tres meses y medio hospitalizado no conocemos aún a nuestros doctores. Siempre con mascarilla", aseguran. Una ayuda en tiempos de pandemia, el calor humano, que hizo posible este pequeño gran milagro.
La especialización creciente de las unidades de cuidados intensivos (UCIs) neonatales ha elevado la supervivencia de bebés extremadamente prematuros - por debajo de 28 semanas de gestación- al 80%, según ha indicado Vithas en un comunicado en el que recoge que este resultado se ha logrado en "la implantación progresiva de cuidados centrados en su desarrollo".
La acción inmediata desde las (UCIs) neonatales tras el nacimiento es "crucial" para el control de posibles secuelas, según han destacado, las mismas fuentes que, ante el día mundial del prematuro que se celebra el 17 de noviembre, han recordado que en uno de cada diez recién nacidos en España es prematuro
"La implantación progresiva de cuidados centrados en su desarrollo, el contacto piel con piel, los criterios de manipulación mínima" y la adecuación del bebé a entornos de niveles mínimos de luz y ruido; junto una tecnificación notable y a la especialización de las UCIs neonatales, ha logrado elevar la supervivencia de los bebés extremadamente prematuros al 80%, ha afirmado Salvador Martínez Arenas, responsable junto con Javier Miranda del servicio de pediatría y UCIs neonatales en los hospitales Vithas Valencia 9 de Octubre y Vithas Castellón.