Con tan solo 4 y 7 años han tenido que enfrentarse a la peor escena posible: el asesinato de su madre a manos de su padre. Los hijos de Sandra, asesinada este lunes 16 de septiembre en Pontevedra por su expareja, quien además ha asesinado a su hermana y su madre, han sido testigos directos del horror.
“Se puede producir un bloqueo a todos los niveles. Les han arrebatado a su mayor figura de protección, de cuidado y de sostén”, explica Raquel Castro, psicóloga especializada en violencia de género, quien incide en la importancia crucial de brindar apoyo psicológico a los afectados para superar el dolor.
“Su sistema familiar se destruye. Tienen que hacer un proceso de duelo; superar miedos; recomponerse ante el hecho traumático”, explica.
Con los dos pequeños, ya son 30 los menores que se han quedado huérfanos por la violencia machista en lo que llevamos de año; niños que tienen que superar el trauma de haber sido testigos del crimen.