Bastaba escuchar los primeros acordes para entender que aunque en otro idioma esta canción nos llevaba a lo más alto. Literalmente. Porque pacientes, voluntarios, médicos y demás personal sanitario bailaban en la azotea del hospital, con Madrid a sus pies. Pero sobre todo porque se nos ocurren pocas razones de más peso para aunar esfuerzos y sentido del ritmo. La coreografía lleva al hospital de La Paz 10.000 euros que, en estos tiempos, saben a gloria. Y no será por falta de competidores. Porque fueron duros rivales los ingleses, los franceses y los alemanes o sea, que aquí, como en otras cosas volvemos a demostrar que cuando queremos, juntos, podemos.