La saturación de los hospitales de la Comunidad de Madrid a causa de la crisis del coronavirus ha provocado una reacción rápida en la gestión sanitaria de la ciudad: la solución de urgencia de habilitar 5.500 camas en los próximos días para poder atender a afectados por el coronavirus de toda índole en IFEMA. La entidad, que normalmente alberga ferias, salones y congresos, se ha convertido hoy por hoy en el hospital más grande de Madrid.
La construcción del centro sigue el ejemplo de los hospitales ‘Arca de Noé’, una iniciativa de la ciudad china de Wuhan, foco del virus a nivel global, que recibieron los elogios de la comunidad internacional por su presteza a la hora de levantar los emplazamientos. Este tipo de instalaciones estuvieron abiertas durante algo más de un mes y permitieron descongestionar el sistema sanitario chino dando tratamiento a los casos más leves. Hasta 16 de estos centros llegaron a estar activos en la localidad china.
El gobierno de la comunidad ha trabajado a contrarreloj para aclimatar un recinto de más de 35.000 metros cuadrados para las circunstancias actuales: receptáculos, camas, sistema eléctrico… El pabellón número 5 alberga ya 300 camas convencionales. Se sigue trabajando para habilitar los pabellones 7 y 9 con otras 1.300 camas y 96 puestos de la UCI. El objetivo a largo plazo es alcanzar las 5.000 camas si fuera necesario.
Antonio Zapatero, director de este ‘macrohospital’ improvisado’ ha reconocido en declaraciones al Programa de Ana Rosa que nunca en todos sus años de profesión se había enfrentado a una situación semejante: He vivido la colza, la explosión de VIH, la gripe A y el ébola, pero esta enfermedad con un llamamiento clínico tan llamativo es algo que ninguno de nosotros nos habíamos imaginado nunca".
Carmen Camacho, subdirectora del Samur, explicó ayer qué pasos siguen los contagiados en su llegada al hospital de campaña. En primer lugar se encuentra la zona de triage, una suerte de recepción en la que se toma los datos a los pacientes y se les clasifica de acuerdo a la urgencia de la atención. Pasada esta instancia, los afectados acceden al espacio de hospitalización, donde se les realiza un control de enfermería para distribuirlos en base a los criterios clínicos del personal sanitario.
Como es lógico, la organización también ha dispuesto un área a la entrada del recinto para que el personal que trabaja en el tratamiento de los enfermos se atavíe con las medidas de protección pertinentes, así como un túnel de salida que descontamina el material para mayor seguridad.
Además, el cuerpo militar está aportando en el desarrollo del centro con la construcción de baños y duchas portátiles en la zona central del pabellón. Por último, y ante la imperiosa necesidad de dar asistencia respiratoria a los afectados, se ha procedido a instalar depósitos de oxígeno líquido y tuberías de distribución del mismo bajo los pabellones.