Homenaje a los 100.000 muertos por covid en España: "Te pido perdón porque tuviste que morir sola"
Tras 25 meses de pandemia se han contabilizado una media de 4.000 fallecimientos al mes
"Jamás pensé que no habría ni despedida, ni tanatorio, ni velatorio, ni flores, ni familia, ni amigos, ni un entierro", escriben los familiares de Atanasio
"Hemos buscado mil maneras de despedirte, entre muchas, estas líneas. Y aún así, ninguna va a ser suficiente", dice la hija de Fernando
Carmen iluminaba un habitación con su sonrisa. Luis era el pilar de la familia. Conce tenía el corazón partido entre Granada y Uruguay y su hija dice que "una persona no muere del todo mientras alguien la recuerde". Julia disfrutaba de cada segundo de vida. Y Carmen y Tomás, que fallecieron con tres días de diferencia, estuvieron luchando contra el virus desde su farmacia hasta el final. Son solo algunas de las 100.000 personas que han fallecido en España por covid hasta este miércoles 2 de marzo.
Para hacerse una idea, 100.000 personas son los habitantes de Girona o de Ourense. Esta pandemia mundial ha hecho que sobre todo al principio muchos hayan fallecido solos. Despedidas sin abrazos, sin cogerles de la mano, sin estar a su lado, algunos incluso sin hablar con ellos o sin poder acompañarles en el momento del adiós. Todas esas historias se unen a las que ya relató NIUS el 1 de Noviembre, el día de Todos los Santos.
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100.000 muertos por covid en 25 meses de pandemia
España acaba de superar los 100.000 muertos por coronavirus. Exactamente 100.037 fallecidos. Tras 25 meses de pandemia, se han contabilizado una media de 4.000 fallecimientos cada mes, 133 muertes al día, cinco a la hora. España ocupa el puesto 38 de un total de 226 estados en muertes en proporción a la población mundial, por cada millón de habitantes. Esta semana también se han superado los 11 millones de contagiados desde 2020.
NIUS vuelve a homenajear a las víctimas y a sus familiares. A aquellos que no pudieron despedirse y que han tenido que afrontar la pérdida en soledad, para recordar el dolor que ha dejado esta pandemia y que no debe olvidarse. Las parejas, hijos o nietos de los fallecidos han querido compartir las palabras que en muchos casos se quedaron sin decir:
Concepción Palma Guardia
Conce, como todos la llamaban, tenía el corazón partido entre Uruguay y su Motril (Granada) natal. Era alegre y luchadora, tanto, que lo hizo hasta el final. Tenía un Alzheimer pronunciado y "sus últimos meses en la residencia cantaba y hablaba como la que más, pero luego no se acordaba", cuenta su hija Simonet. Ella cree que si las cosas se hubieran hecho bien su madre se habría salvado del covid. "Pero no se hicieron bien", dice. Por eso han puesto una querella, para que se investiguen tantas y tantas muertes. Simonet se puso "pesada, muy pesada" y consiguió que la dejaran entrar en la residencia y estar con su madre los tres últimos días de vida. "Aunque estaba sedada pude despedirme. Se lo dije todo". Ahora escribe estas letras por los que no pudieron.
"A mi madre como a tantos otros, les dejaron ir de una forma indigna. Sus seres queridos vamos a poner todo de nuestra parte para hacerles justicia. Siempre he pensado que una persona no muere del todo mientras alguien la recuerde. Yo te llevo muy dentro y siempre te recordaré. Te quiero mamá".
Julián Prieto García
Tenía 88 años y era de Zamora. Tenía la cabeza como un chaval de 20. Era una gran padre y un gran abuelo y se fue el 2 de abril de 2020, en medio de un caos tremendo. Sus hijos iban a verle todos los días hasta que el 8 de marzo se acabaron las visitas. "Un día por teléfono me dijo: 'Por favor Puri sácame de aquí". Pero ya era tarde. "Había una orden en las residencia que a los mayores de 80 y con alguna patología no se les trasladaba al hospital. Aquello fue su fin", cuenta su hija Puri que escribe unas palabras, aunque asegura que es imposible decir tanto en solo unas líneas.
"Sigue pasando el tiempo pero el dolor perdura, la tristeza y la rabia también, por esa orden sin sentido que impidió los traslados y os condenó a una muerte segura. No nos pudimos despedir pero tú sabes que te sigo queriendo como antes de irte, que voy a seguir luchando hasta que la justicia se pronuncie, que doloroso es recordar todo lo que pasamos, lo que sufriste sin tener a los tuyos a tu lado, sin poder darte ese último beso. Te pido perdón una vez más por ello, pero sabes que lo intente hasta el final… Seguiremos hablando como cada noche en silencio
Carmen Mesa Montes
"Su sonrisa iluminaba cualquier habitación. A pesar de tener demencia senil y de que no nos reconocía siempre, ella sabía que estábamos allí cuando íbamos a verla a la residencia", dice su hija Carmen. Carmen, cordobesa de 84 años se contagió de covid en abril, al principio de la pandemia. Sus hijas no pudieron verla. Su marido, Ángel, vivía en la residencia con ella y estuvo al pie del cañón. "La vio sufrir tanto que luego no lo superó. Ocho meses después falleció mi padre de pena", cuenta su hija. Esta familia reivindica que las cosas no se hicieron del todo bien. Su madre era mayor pero tenía derecho a ser trasladada a un hospital y sin embargo cuando llegó ya no había nada que hacer. Carmen recuerda esos días con una tristeza enorme. Tristeza por la pérdida, pero tristeza profunda por la forma de morir. Así escribe estas líneas:
"Yo solo hubiera querido cogerte de la mano, tocarte la cara mientras sonreías, mirarte a los ojos, aunque a veces no me reconocías. Sois una generación increíble y creo que en muchos sentidos parece que os hemos abandonado. Porque no nos dejaron otra opción. Toda la vida trabajando, luchando, para terminar muriendo en soledad.
Julia Marrasé
Esta aragonesa de 91 disfrutaba de cada segundo de la vida. Estaba en la residencia feliz, su hijos iban a verla todos los días. El 8 de marzo se aislaron. "No se si alguien llegó a explicarle lo que pasaba, si alguien le dijo que no íbamos a verla porque no podíamos", explica su hija Ángela con mucho dolor. Es lo que más le ha dolido de todo. El mes que se aisló, se contagió y murió sin poder estar cerca de ella y contarle lo que estaba pasando. Hasta septiembre no pudieron llevar las cenizas a su Huesca natal. Ángela quiere transmitir con sus palabras qué se pudo hacer más, qué la forma de morir en soledad no se tenía que haber permitido.
"Querida madre; según el informe médico, tu muerte se produjo el 8 de abril de 2020 con síntomas compatibles con el COVID y con parada cardiorrespiratoria. Creemos que las medidas que tomó la Comunidad de Madrid, entre ellas, el protocolo de la muerte, precipitaron tu final. Nos duele tu muerte y nos duele cómo fue. Nos duele la soledad en la que viviste todos y cada uno de los días que duró tu encierro".
Esperanza Tavira de Andrés
Nació el 12 de Marzo de 1936, en Valdenoches, Guadalajara. Falleció el 19 de Marzo de 2020 en la Residencia Vitalia de Leganés, en Madrid. Tenía 84 años recién cumplidos. Su hija, María Belén Muñoz, le dedica estas palabras casi dos años después de haber fallecido.
"Querida mamá, esta carta está dirigida a una gran mujer que nació en guerra y murió en otra guerra. Una mujer luchadora y valiente. Hace casi dos años que te fuiste al cielo con papá, y cada día que pasa lloramos más tu ausencia. No te pudimos decir adiós, ni estar a tu lado en tus últimos momentos. ese es el dolor más grande que tenemos. Solo el pensar que estabas allí sola sin entender nada, sin una mano a la que aferrarte, no nos deja vivir, nos destroza el alma. Has sido la mejor madre del mundo. Te echamos tanto de menos... El estar en el cielo con nuestro querido padre nos reconforta un poco y sabemos que desde el cielo nos cuidáis y veláis por nosotras. Mama te queremos mucho, siempre estás en nuestras mentes y nuestros corazones. Tus hijas, tus cuatro soles. Te queremos mamá.
Carmen Bernal Herranz
Nacida el 16 de Julio ( por eso le pusieron Carmen) de 1932 en Corralejo (Guadalajara). Falleció en Vitalia Leganés el 2 de Abril de 2020, con 87 años. Tenía Alzheimer pero físicamente estaba bien. En su mundo ella era feliz y tenía la visita diaria de su familia. Su hija Begoña luchó con todas sus fuerzas para que su madre recibiera la atención médica que necesitaba. No pudo lograrlo. Casi dos años después recuerda la fuerza que encerraba la sonrisa de su madre.
"Te echo tanto de menos. Tu voz, tu sonrisa, tus ojos verdes. Lo que daría por cogerte las manos, abrazarte, sentirte cerca otro ratito. Se que no me puedo quejar, tuve la enorme suerte de tenerte como madre. Es imposible recibir más amor. Lo que no puedo soportar es que murieras totalmente abandonada, a tu suerte. sin que nadie hiciera nada por ti. Gracias por ser tan buena madre y abuela. Te queremos".
Anunciación Sánchez Muñoz
Nació en La Almarcha (Cuenca). Murió el 25 de marzo, el mismo día que cumplía 86 años. Su hijo Alberto, que no pudo despedirse de ella, le escribe estas letras con un dolor inmenso en el corazón.
"Ya son dos años que no te veo, que no significa que no hable contigo, que no te cuente como vamos, lo guapo, grande y bueno que es tu nieto, lo que te extrañamos y que a día de hoy seguimos hablando de ti, como si estuvieras con nosotros...".
Piedad Nieto Vellón
Para Piedad no existía la palabra no. Tenía 99 años, en mayo cumplía los 100 pero era muy coqueta. siempre tenía que estar guapa y bien peinada. Tuvo cinco hijos (cuatro chicas y un chico). Nació en Quintanar de la Orden (Toledo). Era una familia feliz y unida. Piedad era un amor de persona y siempre estaba dispuesta a cualquier cosa. Su hija Ana le escribe estás palabras.
"Querida mamá: el próximo 28 de marzo, se cumplirán dos años de tu marcha, quisiera decirte que te sigo echando mucho de menos que tú ausencia duele mucho, por la forma en que se produjo, abandonada sin asistencia médica, porque así lo dictaminaron las autoridades al frente de la pandemia que sufrimos. Me hubiera gustado estar contigo y cogerte la mano en el último momento. Decirte todo lo que te quería, aunque todos los días te lo decía y tú me respondías, que te crees que yo no te quiero. Te quiero y siempre estarás conmigo. Hasta que nos volvamos a juntar".
Luis Seoane González
Nació en Madrid hace 89 años y falleció el 29 de marzo en el hospital Clínico de Madrid. El único que pudo verle en los últimos momentos, y tras un cristal, fue uno de sus hijos. Ahora el mayor se despide de él con este cariño.
"Hola papá, sé que estás en el mejor de los lugares, junto a las demás víctimas y nuestros familiares y amigos que se fueron. Siempre fuiste el pilar de la familia y sabes que la vida aquí está siendo difícil".
Atanasio Ortega Gato
Nació en 1936, en Campillo de Llerena (Badajoz). Su hija Carmen ha querido dedicarle las palabras que ha tenido guardadas todo este tiempo y nunca pudo decirle:
"Papá te marchaste el pasado 22 de marzo y hay días que aún me cuesta creer que ya no te volveré a ver más. Fuiste un trabajador incansable, en España y Alemania, una persona que no se rendía jamás, firme en sus creencias y del Real Madrid. Tu mayor orgullo éramos mamá, tus cuatro nietos, Pablo y yo ¡Ah, y que no se me olvide Extremadura! Jamás pensé que no habría ni despedida, ni tanatorio, ni velatorio, ni flores, ni familia, ni amigos, ni un entierro. Papá, te merecías un adiós en condiciones, rodeado de los tuyos y sintiendo el profundo amor que te teníamos. Me hubiera gustado poder despedirme y decirte: “Papá, muchas gracias por ser un hombre bueno, por querernos de manera incondicional y estar siempre ahí. Te quiero muchísimo”.
José Tomás Mijimolle y Carmen Cuadrado
Tomás y su mujer, Carmen, de 79 y 82 años, fallecieron por covid-19 con apenas tres días de diferencia. Eran farmacéuticos y nunca dejaron de acudir a su farmacia para ayudar a los demás. Por su dedicación y tesón, sus hijas Nieves y Carmen fueron las elegidas para recoger el premio Princesa de Asturias de la Concordia, concedido a todos los sanitarios. Hoy, emocionadas, les escriben estas letras:
"Erais incombustibles en todos los sentidos. En dedicación a vuestro trabajo, en amor entre vosotros, en cariño para con los demás. Nada os detuvo. Seguisteis al pie del cañón porque vuestros vecinos os necesitaban. Pero el virus si pudo con vosotros. Os fuisteis casi a la vez. Está claro que pasara lo que pasara teníais que estar juntos. Y así os imaginamos. Cogidos de la mano y velando por nosotros. Mamá, papá, gracias por tanto, gracias por todo".
Fernando Gutiérrez González
Nació en Burgos el 29 de marzo de 1932. Falleció, con 88 años, el 25 de septiembre en el hospital Sant Jaume de Calella, Barcelona. Míriam Torres, su nieta, ha querido decirle adiós en nombre de toda su familia, pero nada parece suficiente.
"Quién nos iba a decir que está sería la última comida que compartiríamos juntos. Tú, que siempre estabas al pie de cañón y parecía que nada ni nade iba a poder contigo. Tú, que llevabas los 88 como si fueran 18. Hemos buscado mil maneras de despedirte, entre muchas, estas líneas. Y aún así, ninguna va a ser suficiente. Ojalá hubiera sido de cerca, contigo y hasta el final. Gracias por dejarte disfrutar, yayo. Aquí, siempre tendrás tu lugar con nosotros. Te quiere, tu familia".