La Audiencia de Valladolid finalmente ha condenado a una pena de 17 años de prisión a César F.M por el asesinato de su madre, Sacramento M., de 73 años, en el barrio de Parquesol el 28 de enero de 2018. El hombre le suministró una dosis letal de medicamentos que provocaron la muerte de su madre. La defensora del matricida de Parquesol ya ha anunciado que recurrirá la condena ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
En su fallo, la magistrada Teresa González, de conformidad con el veredicto del jurado popular, impone al reo su encarcelamiento por espacio de 17 años por asesinato, con la agravante de parentesco y la atenuante de confesión.
Además, dentro de la condena no se contempla los diez años de libertad vigilada que le han impuesto, una vez que recobre la libertad. Ni la responsabilidad civil en favor de cada uno de los dos hermanos del condenado, para los que la acusación pública pedía cuantías de 20.000 euros.
En el juicio que comenzó el pasado 12 de diciembre el acusado hizo uso de su derecho a pronunciar unas últimas palabras y mantuvo su versión de la cooperación al suicidio. "Mi madre era plenamente consciente de que me quería suicidar y no deseaba sobrevivir a mi muerte. Es lo que más quería en el mundo y jamás la habría hecho daño", reiteró.
En este sentido, la acusadora consideraba que el delito invocado por la defensa "no reúne ninguno de los requisitos", esto es, "la necesidad de que hubiera una petición expresa e inequívoca de la víctima. Para fundamentar la incapacidad de la anciana para sellar con su hijo pequeño un supuesto pacto de suicidio.
La fiscal hizo mención a varios de los vídeos grabados por el acusado--parte de ellos fueron visionados en el juicio--en los que Sacramento se muestra fría y realiza meros gestos con la cabeza a preguntas "sugestivas" de César. "¿Ustedes creen que la madre iba a permanecer así de inmutable mientras su hijo le trasladaba su intención de suicidarse?, salvo que ella no supiera lo que iba a pasar y desconociera lo que se le avecinaba", preguntó la representante del Ministerio Fiscal a los miembros del jurado en su alegato final.
La defensa, por contra, mantenía la tesis de la cooperación al suicidio y por ello solicitaba inicialmente el internamiento por espacio de dos años de su patrocinado en un centro en el que pueda recibir tratamiento.
"Se trata de un enfermo con una enfermedad crónica y por eso pedimos ayuda en forma de internamiento", justificó la letrada. La representante legal de César consideraba probado que "la voluntad de Sacramento era la de no sobrevivir a su hijo y él se limitó a facilitarle las pastillas, pero fue ella la que las tomó pues tenía capacidad tanto de movimiento en su lado derecho como de comprender lo que se le estaba planteando".
Finalmente, el procesado fue detenido el 29 de enero en el hotel 'Bali' de Benidorm (Alicante), establecimiento en el que se había alojado la noche anterior con la supuesta intención de acabar con su vida, arrojándose desde la terraza de su habitación, tras haber dado muerte ese mismo día a su progenitora mediante la ingesta de medicamentos.
Una nota manuscrita de César con la frase "por favor, no me ayudéis, quiero morir" hallada en el hall del hotel por un empleado activó el dispositivo de seguridad y condujo hasta el presunto suicida gracias a que en el papel figuraba el membrete de la Cruz Roja de Valladolid y bastó con 'peinar' en el ordenador las llegadas de clientes procedentes de la capital del Pisuerga.