El fetanilo es un opioide analgésico sintético hasta cien veces más potente que la morfina. Se trata de un medicamento usado por pacientes que padecen un dolor severo o para aquellos que acaban de ser intervenidos quirúrgicamente.
Este narcótico no solo es conocido por las muertes que deja a su paso, sino que recibe nombres muy diversos: ‘Goodfella’, ‘Apache’, ‘China Girl’ o 'China White', ‘Murder 8’, ‘Jackpot’ o ‘Tango and Cash’, entre otros.
A pesar de que no es una droga ‘amateur’, su existencia ha sido muy comentada especialmente en el último año y ahora, tras el informe publicado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en relación a 2016, año en el que se hizo conocida.
De hecho, fue más reconocida una vez que se descubrió que este opioide fue el responsable de la muerte del cantante Prince.
Según cifras calculadas por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, la sobredosis de Fentanilo ascendió un 113% cada año entre 2013 y 2016. Desde 2011 hasta 2016, se registró un aumento del 54% en total.
El informe revela que, de las 63.632 muertes por sobredosis de drogas que hubo en 2016 en Estados Unidos, casi el 29% estuvieron provocadas por esta sustancia.
De hecho, el fetanilo ha sustituido a la heroína como la principal causa de muerte por sobredosis en 2016, provocando 18.000 muertes frente a las 16.000 de la heroína. En 2011, donde comienza el estudio, fue la oxicodona y en 2015, la ya citada diamorfina.
A pesar de sus intensos efectos, muchas de las personas que recurren a esta droga no la consumen en exclusividad, sino que la combinan con otras sustancias como la cocaína.
La publicación del informe ha desatado la alarma y muchos expertos consideran que Estados Unidos vive una epidemia de fentanilo.
Según un estudio del Centro Connecticut Clearinghouse de Prevención, Bienestar y Rehabilitación, la alta potencia del fetanilo (entre 25 y 40 veces más fuerte que la heroína) eleva el riesgo de sufrir una sobredosis.
Desde la propia entidad informan de las distintas formas de consumir este narcótico: “como polvo, añadido a papel secante, mezclado con o reemplazado por la heroína, o como tabletas que imitan otros opioides menos potentes”. En el caso de que sea prescrito por un profesional médico, suele consumirse en forma de pastilla o administrado por vía intravenosa. Mientras que su consumo ilícito tiende a ser en polvo elaborado en laboratorios clandestinos.
Entre sus efectos, se puede apreciar la somnolencia, confusión, náuseas, euforia, estreñimiento, sedación, paro respiratorio, depresión, adicción, coma y muerte.