Nuevo caso atroz de violencia de género. Un hombre de 51 años ha asesinado con una escopeta a su mujer de 43 años en Aznalcóllar (Sevilla) y posteriormente se ha suicidado con el mismo arma, tras llamar a su hija por teléfono para decirle que iba a matar a su madre. Unos hechos que ha presenciado otro de los tres hijos de la pareja, de cuatro años, según los investigadores de la Guardia Civil, que se ha hecho cargo del caso.
La mujer recibió un único disparo en la cabeza con una escopeta de perdigones y a una distancia muy corta, según han informado a Efe fuentes de la investigación. Tras ese disparo mortal, el presunto asesino, de 51 años, se disparó colocando la escopeta bajo su barbilla, la habitual postura de los suicidios con ese tipo de armas, han añadido las fuentes.
Ambas muertes por los disparos de la escopeta de perdigones se produjeron una a continuación de la otra, según las fuentes.
El alcalde de Aznalcóllar, Juan José Fernández, ha indicado además a los periodistas que los tres hijos del matrimonio (los mayores tienen 20 y 15 años) están recibiendo ayuda psicológica tras la muerte de sus padres, que se produjo esta medianoche en el domicilio familiar.
Fernández ha señalado que el presunto asesino tenía licencia de armas porque era cazador y ha reiterado que no existían denuncias ni informes sobre él, que era "un ciudadano que pasaba desapercibido, pero de puertas para adentro nadie sabe qué se esconde".
Poco antes de la medianoche, los vecinos alertaron tras oír los disparos y el llanto del hijo pequeño, según el alcalde, que ha indicado que una de las hijas estaba de viaje y está regresando a casa tras conocer lo sucedido. El Ayuntamiento de Aznalcóllar ha decretado dos días de luto y ha convocado una concentración en repulsa por este asesinato.
Los dos cuerpos fueron levantados pasadas las tres de la madrugada y se encuentran en el Instituto Anatómico Forense de Sevilla a la espera de que se les practique la autopsia. La mujer asesinada sería la tercera víctima de la violencia machista en Andalucía y la número 12 en España en lo que llevamos de año.
El alcalde ha hecho un llamamiento a las instituciones para que "desde la serenidad" se acuerde un pacto de Estado para evitar este tipo de acciones y ha pedido a los vecinos "que no se tapen las orejas" y denuncien los casos que puedan conocer.
Por su parte, la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ha informado este miércoles de la naturaleza machista de este crimen. La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha prometido "más prevención, más protección y más reparación" a las víctimas de violencia machista y sus familias, después de conocerse el asesinato de Aznalcóllar.
"Frente a cada asesinato machista: más prevención, más protección, más reparación a las víctimas y sus familias. Nos van a encontrar unidas para erradicar las violencias machistas. Nos queremos vivas. Mi abrazo a la familia y amistades de esta mujer", ha indicado la ministra en Twitter.
Según informó la Guardia Civil, la mujer no había presentado denuncias previas contra su asesino, al igual que en el caso de las otras once mujeres asesinadas en lo que va de año. Solo se tiene constancia de una denuncia, pero que fue presentada ante los cuerpos de seguridad del Estado por alguien del entorno de una mujer de 36 años cuyo cadáver fue localizado en un contenedor en la localidad alicantina de Moraira.
Nueve de las 11 asesinadas eran pareja de su presunto agresor en el momento del crimen, mientras que las otras tres eran expareja o estaban en fase de ruptura con él. Por edad, tres de las ocho mujeres presuntamente asesinadas por su pareja o expareja tenían más de 61 años; cinco tenían entre 41 y 50 años; otras dos tenían entre 31 y 40 años, y otras dos entre 21 y 30 años. Ocho eran españolas, y cuatro, extranjeras.
Respecto a los presuntos agresores, diez eran españoles, mientras que otros dos procedían de otro país. Cuatro de los seis presuntos maltratadores se suicidaron tras cometer el crimen, y otro lo intentó. Por territorios, tres crímenes se cometieron en Cataluña; tres en Andalucía; otros dos fueron en Castilla La-Mancha; dos en Galicia; uno en Asturias; y otro (el último) en la Comunidad Valenciana.