Se cumplen diez días sin noticias de las pequeñas Anna y Olivia, las menores desaparecidas en Tenerife. Diez días de angustia y búsqueda sin descanso. En las últimas horas, cobra fuerza la hipótesis del secuestro. Es clave la declaración del vigilante de seguridad que asegura que las niñas no llegaron con su padre al puerto. Así lo ha declarado ante la Guardia Civil y a un equipo de Mediaset.
La Guardia Civil le ha tomado declaración varias veces porque es la última persona que vio y habló con Tomás Gimeno en el puerto. Es el vigilante de seguridad que ha explicado a Mediaset que "controlamos a quien entra y lo vi llegar. Estoy seguro de que las niñas no iban en el coche".
Eran las 21,28 y el hombre estaba haciendo rondas por la dársena. "Llevaba dos bolsas grandes de basura y una mochila. Una de las bolsas estaba en la lancha cuando la recuperó la Guardia Civil", ha afirmado.
Tomás zarpó pero "regresó nervioso a las 23.30. Buscaba un cargador en el coche y tuvo que comprarlo"
Ese movimiento extraño de salir y volver una hora y media después lo explican los amigos de Tomas. Su hipótesis es que Tomas embarcó a sus hijas antes de ir al puerto, en otra playa en la que pudieron ser recogidas con la neumática de un velero.
Los movimientos de los barcos se registran en una página y los investigadores rastrean un velero que desde las palmas fondeó en Candelaria el martes y partió de madrugada rumbo a África.
Están convencidos de que se ha fugado con sus hijas porque su obsesión era que no vivieran con la nueva pareja de su exmujer, a la que Tomás agredió en diciembre.
Beatriz, la madre de las pequeñas, piensa por ese motivo que están vivas con su padre.