Efectivos de la Guardia Civil de Aguas Nuevas, en Albacete, han auxiliado a una señora, de 49 años, vecina de Madrid, que había sufrido un atragantamiento mientras ingería un bocadillo que le obstruyó las vías respiratorias. Los agentes de servicio realizaron los primeros auxilios, concretamente la conocida maniobra de 'Heimlich', que liberó el bloqueo producido por la comida.
Mientras los efectivos del Cuerpo se encontraban tomando un café en el bar de un área de servicios próxima a la capital albacetense, se acercó hasta ellos una mujer, de mediana edad con un bocadillo en una mano, sin poder hablar y realizando señales evidentes de que se estaba ahogando.
Al observar la expresión de su rostro, el color azulado de sus labios y la ausencia de respiración, los agentes de servicio comenzaron a realizar los primeros auxilios para conseguir liberar las vías respiratorias, utilizando la maniobra de 'Heimlich', dando a su vez aviso a los servicios médicos, a través del teléfono de emergencias 112.
Finalmente, y tras varios minutos realizando la citada maniobra pudo desbloquearse las vías respiratorias, apreciándose como la víctima comenzaba a respirar levemente, recuperando poco a poco la normal respiración y la conciencia.
Una vez en el lugar de suceso los servicios sanitarios del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), previamente alertados, se procedió por el personal facultativo a la atención y valoración de la víctima, que pudo continuar viaje hacía su domicilio en Madrid.
Gracias a la formación en primeros auxilios de los guardias civiles y a la profesionalidad e iniciativa demostrada en la eficaz actuación se ha evitado el fallecimiento, por ahogamiento, de la persona auxiliada, ha informado la Guardia Civil en un comunicado.
La maniobra de 'Heimlich' es una técnica de primeros auxilios que consta de una serie de compresiones abdominales, bajo el diafragma, que se realiza únicamente cuando una persona se está atragantando por un bloqueo en las vías respiratorias debido a la ingesta de algún alimento o cualquier otro objeto.
Esta maniobra puede realizarse con el auxiliado sentado, de pie o tumbado, llegado incluso a poder realizarla la propia víctima con un objeto saliente que facilite la compresión sobre el diafragma.
Los signos externos de un atragantamiento suelen traducirse en la imposibilidad de respirar, toser o hablar, así como en la tonalidad azulada de labios o rostro.