Eduardo Bonet, tiene 45 años, es policía local y trabajador social. Desde el año 2016 forma parte del grupo GAMA de la Policía Local de Valencia, equipo multidisciplinar de ayuda ante los malos tratos. En el equipo trabajan 10 hombres y 12 mujeres que cada día realizan labores de protección y prevención ante situaciones de violencia contra la mujer. La clave: una atención específica ante este tipo de situaciones.
“Cuando vas a poner una denuncia a una comisaría la atención suele ser genérica. No es lo mismo denunciar un robo que una situación de violencia de género. Cuando llegan a la comisaria se les asigna un agente del grupo GAMA”, explica Eduardo. Todos los agentes cuentan con formación en materia de violencia de género. Un hecho que facilita todo el proceso. Desde que las denunciantes entran por la puerta. A veces acompañadas por sus hijos. A veces solas. Siempre asustadas. Trasmitirles confianza es fundamental. Que sepan que las van a ayudar. Que las van a creer. “Ofrecemos un espacio más personal. Es importante evitar las preguntas retóricas. Personalizar. Evitar la dureza de una mala pregunta. Saber reaccionar ante situaciones muy complicadas”. Una vez con el agente se relatan los hechos. Comienza la valoración y se empieza a mesurar el grado de peligrosidad. El siguiente paso es la presentación de la denuncia y el inicio de los mecanismos protocolarios. Unos pasos que enumerados suenan sencillos pero que casi nunca lo son.
Estefanía Navarrete es la comisaria y coordinadora del grupo GAMA. Es policía, abogada y criminóloga. “No hay un perfil de víctima ni de agresor. A veces se tiende a caer en los estereotipos. Pero la realidad no responde a tópicos. Lo que sí hemos detectado es un repunte de víctimas menores y mayores de edad. En el caso de los menores hay un problema grave. La educación es fundamental pero también el modo en que la gente joven se aproxima a la sexualidad. A través de las redes sociales o de internet. Con escenas sexuales en las que muchas veces se escenifica un abuso hacia la mujer como algo normal. Si no reciben otro tipo de información sexual se está fomentando el problema”. Así explica una de las principales preocupaciones la comisaria Navarrete. También añade cómo ha aumentado el número de denuncias de mujeres mayores de 65 años. “Son mujeres que llevan sufriendo esta violencia muchos años y que ahora se atreven a dar el paso”.
Una vez dado el paso. Se pone en marcha todo el engranaje. “Esto es una cadena. Dependemos de los jueces y fiscales. Lo ponemos ante la justicia. Y ellos deciden las medidas restrictivas que aplican para el agresor y nosotros llevamos a cabo la protección”. En Valencia actualmente hay 653 mujeres con órdenes de protección. Una labor que llevan a cabo los 21 agentes que forman parte del grupo a través de llamadas, visitas domiciliarias, gestiones con servicios sociales, acompañamientos a juzgados y detenciones a agresores cuando se produce algún incumplimiento de las órdenes.
“Tenemos contacto con la víctima, su entorno y con el agresor. A veces la propia víctima no sabe identificar situaciones de riesgo. Por eso conocer su entorno puede ser clave”. Además, enseñar herramientas para actuar es otra de las funciones que desarrollan los agentes. “Estamos ahí para acompañarlas. Pero al final lo importante es que la mujer sea ella su herramienta, no nosotros.”
Desde el grupo GAMA además de la atención directa a las víctimas, realizan una importante labor de prevención en el entorno social y escolar. Charlas y sensibilización para trabajar en la base del problema. “Las conductas machistas están tan integradas en nuestra sociedad que muchas veces no somos conscientes de ello. Trabajar en valores y en igualdad es fundamental. Sí es posible acabar con la violencia de género. Hay mucho trabajo por hacer, pero ya hay muchas cosas que ya han mejorado”.
Uno de los próximos objetivos del grupo es la creación de un centro integral únicamente para el grupo. Un proyecto incluido en los Presupuestos Participativos del Ayuntamiento de Valencia. Ahora los ciudadanos pueden votar el proyecto para que sea una realidad. “Pensamos que hace falta y no existe. Para que las mujeres sepan que todo el personal que van a encontrar son especialistas en la materia. También queremos cubrir la parte preventiva, que tengan su espacio con personal personalizado. Esa primera voz que escuche empáticamente y decidirse a dar el paso. Cuando tengamos una comisaría única. Habrá más mujeres que se van a atrever a denunciar”, asegura Estefanía Navarrete.