Las grajillas son capaces de identificar a humanos 'peligrosos'
El estudio se llevó a cabo en tres puntos en Cornwall (Inglaterra), centrándose en 34 nidos de grajillas
Las grajillas pueden aprender unas de otras para identificar humanos 'peligrosos', según reportan científicos de la Universidad de Exeter en la revista 'Royal Society Open Science'. Se sabe que las aves reconocen a personas individuales y responden de manera diferente a las que ven como una amenaza.
En el nuevo estudio, una persona desconocida para los grajos se acercó a su nido y los científicos reprodujeron o bien una llamada de advertencia o una llamadas de contacto, lo que sugiere que no hay amenaza. La siguiente vez que las grajillas vieron a esta persona, las aves que habían escuchado la llamada de advertencia reaccionaron a la defensiva volviendo a sus nidos más rápidamente.
MÁS
"Uno de los grandes desafíos para muchos animales es cómo vivir junto a los humanos", indica en un comunicado la autora principal Victoria Lee, investigadora de doctorado en el Centro de Ecología y Conservación en el campus Penryn de Exeter, en Cornwall (Inglaterra).
"Las personas pueden proporcionar algunos beneficios, como la comida en los comederos de pájaros, pero en algunos casos los humanos también son una amenaza. Ser capaz de discriminar entre personas peligrosas e inofensivas probablemente sea beneficioso, y en este caso vemos que las grajillas pueden aprender a identificar a las personas peligrosas sin haber tenido una mala experiencia", agrega.
El estudio se llevó a cabo en tres puntos en Cornwall, centrándose en 34 nidos de grajillas. Las grajillas que escucharon una llamada de advertencia al ver a un nuevo humano regresar a sus nidos más de dos veces más rápido (53%) en promedio cuando volvieron a ver a ese humano, mientras que las aves que escucharon llamadas de contacto tardaron más en regresar a su nido (63% de media).
Aunque las grajillas volvieron a sus nidos más rápidamente después de ver a un humano asociado con una llamada de advertencia, las llamadas no parecían influir en cuánto tiempo tardaron las aves en ingresar a su nido o cuánto tiempo pasaron dentro.