Especialista en la UCI del hospital Mateu Orfila de Menorca, compañero ejemplar, aunque con una obsesión que sus compañeras desconocían. El médico grababa a las enfermeras con un teléfono móvil que había escondido en una bolsa de basura dentro de una caja.
Una enfermera sospechó del objeto ubicado sobre una taquilla del vestuario femenino y al abrirlo se encontró el móvil en modo grabación. El médico reconoció en el momento que el teléfono era suyo y fue detenido. No solo realizó grabaciones en el vestuario, sino también en duchas, aseos, y estancias de descanso de los médicos, donde escondía los teléfonos en papeleras y objetos sobre las taquillas, aprovechando los cambios de turno del personal. También espió a los familiares de los enfermos en el baño público. Llegó incluso a grabar a las visitas que iban a su casa.
Los agentes iniciaron la investigación en agosto de 2018 y acaba de finalizar. En el registro del lugar de trabajo y su domicilio, encontraron dos llaves con las que el arrestado accedía a los vestuarios,y un disco duro en su taquilla con grabaciones realizadas entre 2015 y 2018. Además, el médico había organizado el contenido de las grabaciones: había catalogado las imágenes en carpetas etiquetadas con el nombre del lugar donde habían sido grabadas y dentro había otras carpetas en las que se identificaba a cada mujer con un nombre en clave.
Los investigadores han determinado que hay más de 2.300 vídeos y un total de 101 personas afectadas. De ellas, han podido identificar a 93. Muchas han presentado denuncia contra el doctor. El culpable está inhabilitado y sobre él pesa una orden de alejamiento de las víctimas, por un delito contra la intimidad. Además, se le ha retirado el pasaporte.
La dirección del hospital le suspendió de empleo y sueldo nada más enterarse de los hechos, retiró su nombre del listado de especialistas de la UCI y borró de su web las imágenes en las que aparecía. Actualmente, está en tratamiento psicológico para superar la adicción.