Recuerda la recreación con horror. La buceadora de la Guardia Civil que se ‘convirtió’ en Diana Quer para recrear su caída al pozo (las imágenes dejan frió) con dos bloques de cemento que sumaban más de 18 kilos de peso. Su conclusión es rotunda: es imposible que el cuerpo flotase, como señaló El Chicle. No es la primera vez que las palabras de El Chicle son desmentidas en el juicio. Uno de sus amigos dejó claro el tipo de chicas que le gustaban, tipo Diana; los vendedores ambulantes negaron que nadie les robara gasoil y su propia exmujer está convencida, después de protegerle de que cometió el crimen. La fiscalía y la acusación particular ha sido particularmente dura en las alegaciones pidiendo que el que la haga que la pague. Valeria, la hermana de Diana, que asiste como puede al juicio ya dejó claro que se está juzgando a todo un monstruo.
Los propios feriantes declararon rotundamente que El Chicle fue de caza, no a robar. Con eso desmontan la nueva versión que defiende el autor del crimen. Que iba a robar. No parece que esa fuera su intención. Lo que buscaba en plenas fiestas era una víctima, algo evidente en cualquier depredador sexual. Y estos testimonios son importantes porque la clave del juicio es si hubo o no violación. La pregunta es ¿un depredador sexual retiene a una joven elegida según el perfil que más le atrae, y no la viola?
La buceadora de Cartagena que realizó el simulacro de sumergimiento del cuerpo de Diana, tiene características similares en altura y peso que la joven fallecida. El simulacro se hizo en una piscina con agua dulce a la misma temperatura que la del pozo de Asados. Las imágenes de la reconstrucción no deja lugar a dudas. “El cuerpo se hundió hasta el fondo de la piscina al ser lastrado, ya que es físicamente imposible que un cuerpo se mantuviese a flote". Esa es la conclusión. También ha causado horror las piernas separadas de Diana, algo que los investigadores reconocen que nunca habían visto antes.