Es junio pero a los cementerios barceloneses es mejor ir con paraguas. Sus responsables recomiendan a quienes vayan a visitar las tumbas de sus seres queridos que vayan protegidos con paraguas y no por el sol, sino por las gaviotas. Parece que a estas aves no le gustan mucho las personas.
“Sufrí el ataque de una gaviota el pasado 16 mayo. Primero pasó rozándome. Luego me sobrevoló. Me golpeó dos veces. Defecó en mi cabeza”. Es lo que cuenta en una carta una lectora de El Periódico.
Otra mujer cuenta a otro diario catalán que también se vieron intimidados por las gaviotas patiamarillas (Larus Michahellis) en su visita familiar al campo santo. De hecho cuenta que una gaviota hirió a uno de sus familiares de un picotazo en la cabeza.
Desde que el Ayuntamiento de Barcelona, siguiendo las directrices de los responsables de los cementerios de la Ciudad Condal, han recomendado a la gente acudir a los cementerios con paraguas para defenderse de estas aves, las historias de ataques de gaviotas han empezado a salir a la luz por centenares. Es más lo vecinos que viven junto a la antigua cárcel Modelo denuncia una situación similar desde que la obra del edificio ha dejado a las gaviotas sin tejado en el que posarse.
Sergi Garcia, miembro de la asociación Galanthus Natura, y Joan Navarro, del Institut de Ciències del Mar del CSIC estudiaron en 2018 a un grupo de 60 de estas gaviotas patiamarillas de Barcelona y llegaron a la conclusión que estas aves pasaron de comerse los descartes de los barcos de pesca que llegaban al puerto a los descartes de la comida que tiraban los turistas en la ciudad o dejaban los niños en los patios de los colegios.
Hace ahora 40 años fue toda una sorpresa que una pareja de gaviotas patiamarillas anidara por primera vez en el casco urbano de Barcelona, señala Navarro. Hoy, explica Garcia, las gaviotas no dejan de sorprender. Hace poco en Galanthus descubrieron que una de las cajas instaladas para que la saga de halcones de Barcelona siga creciendo había sido ocupada por un matrimonio de patiamarillas.
Los expertos aseguran que las gaviotas no son un peligro para las personas. Según el citado diario, solo hay en la historia un ataque mortal de gaviotas a las personas. Centenares de gaviotas atacaron durante varios días a los vecinos de un pueblo de la costa este de EEUU. Cuatro personas murieron por el ataque de estas aves, un episodio que inspiró a Alfred a Hitchcock para hacer Los Pájaros. Un equipo de la Universidad de Luisiana concluyó años después que aquellas aves estaban afectadas por la ingesta de ácido domoico, una neurotoxina que de forma natural puede producir un alga marina.
Las gaviotas catalanas no están intoxicadas. Solo son agresivas estas semanas porque, según los expertos, coinciden con el nacimiento de sus polluelos.