El IES Sagasta de Logroño ha hecho el recreo más saludable. Ha cambiado la máquina que expendía bollería y galletas por bandejas de fruta. Un buzón hace de hucha y cada uno paga en función de lo que elige.
El melocotón y el plátano cuesta 40 céntimos; las uvas, 30; las peras, 20. Los favoritos son el plátano y las uvas. Un cartel en la pared pide honradez a la hora de echar la moneda en el buzón y el director ha comprobado con esta medida la bondad de sus alumnos: “más o menos el 90% de lo que nos cuesta la fruta lo recuperamos”.
El frutero del barrio propuso la idea al director del centro y le pareció bien. El 11 de septiembre las máquinas expendedoras desaparecieron del instituto. Reponen el género dos veces por semana, y ahora estudian añadir frutos secos.
Con la intención también de lograr una alimentación saludable, el gobierno vasco quiere subir los impuestos a los alimentos menos sanos. Solo el pan, la leche, los huevos, las frutas y las verduras, los cereales y las legumbres tienen el IVA superreducido. El resto de los alimentos como la bollería, las bebidas azucaradas, la carne o el agua, están gravados con el 10%.
Según la OCDE el sobrepeso nos cuesta al año 265 euros adicionales en impuestos. Así que hay que comer sano no solo por salud, sino también por el bolsillo.