Un hombre ha sido detenido en Logroño, La Rioja, por copiar en el examen teórico de conducir con un método bastante habitual en los últimos tiempos, según alertan las autoridades. Los responsables de las pruebas encuentran todo tipo de cámaras ocultas y pinganillos casi indetectables.
Una camiseta agujereada -"para enfocar con una cámara a la pantalla del ordenador y mostrar el examen"-, pinganillos diminutos sacados con pinzas -"por donde le van dando las respuestas"- y un soplón a metros de distancia -"está fuera de la sala, bastante alejada y probablemente en algún vehículo"-.
Así es un intento de fraude en el examen teórico de conducir en La Rioja, según explica Miguel Ángel Sáez, portavoz de la Guardia Civil en la región. "La postura que suelen adoptar los que se examinan es muy rígida", comenta al respecto.
Un total de 30 preguntas, 30 minutos y tres fallos para una prueba que menos de la mitad supera a la primera y que, para muchos, resulta imposible. Algunos de ellos, "personas que no conocen bien el idioma y que carecen de sus conocimientos", según el portavoz de la Benemérita.
Son tretas conocidas por los agentes y responsables, quienes encuentran móviles pegados al jersey, encajados en sudaderas u ocultos en bolsillos. "La cámara enfoca el examen con una app para conectarse", detalla el agente de la Guardia Civil. Las mafias cobran unos 2.500 euros por esta práctica. Mucho para un examinado que si es descubierto tendrá que esperar al menos seis meses para volver a presentarse.