Muchos vecinos del municipio riojano de Lardero habían alertado del extraño comportamiento de Francisco Javier Almeida, el asesino del pequeño Álex de tan solo 9 años. De hecho la Junta de Tratamiento del centro penitenciario en el que estuvo ingresado por los delitos anteriores dilató su puesta en libertad ante las dudas evidentes de que pudiera reinsertarse. Sin embargo acabó saliendo a la calle.
Francisco Javier Almeida quedó en libertad a pesar de que su propio abogado había avisado que si salía a la calle podía volver a matar otra vez. Los vecinos de la localidad riojana han asegurado a un equipo de 'Informativos Telecinco' que habían observado extraños comportamientos en él. Por ejemplo, en los últimos días estaba excesivamente pendiente de los niños de la zona.
El lunes 25 de octubre, tan solo tres días antes del asesinato del pequeño Álex, se había interpuesto una denuncia por el intento de secuestro de una menor. No obstante, semanas antes parece ser que el acusado había intentado llevarse a otra niña.
Por eso, los vecinos en la localidad están indignados y creen que se no se hizo lo suficiente. Además, destacan que con el historial de Francisco Javier Almeida debería de haberse desplegado un dispositivo que estuviese vigilándolo.
La defensa de Francisco Javier Almeida aseguró que volvería a matar y hasta él mismo había reconocido en sede judicial ser un peligro para él y para otros. "Las cárceles tienen mecanismos, pero chocan con la personalidad absolutamente inmodificable de algunas personas", dice el psiquiatra forense José Cabrera.
La tasa de reincidencia es de un diez por ciento. "Una figura podría ser la prisión permanente revisable", afirma el criminólogo Sergio Fernández. Un mecanismo que se aprobó en 2015, pero los crímenes de Francisco Javier se cometieron con anterioridad.
La prisión permanente fue precisamente impulsada por los padres de otras víctimas de reincidentes. Es el caso de Santiago del Valle, que abusó y mató a la pequeña María Luz Cortes, tras haber agredido a su propia hija y a otra niña. Y cuando El Chicle intentó atacar a otra mujer, fue identificado como el asesino de Diana Quer.
También Antonio Ortiz, el pederasta de Ciudad Lineal, abusó de una niña antes de ser condenado a 70 años por agresiones a otras cuatro menores. Los jueces pueden imponer obligaciones a estos delincuentes, como no residir en un lugar o no acudir a lugares frecuentados por la víctima, entre otras. Medidas de control que puede supervisar la Policía.