La Fiscalía ha dictado su sentencia. El Chicle lo hizo por pura maldad. Lo ha definido como un depredador sexual que salió cazar y cuando encontró a su presa, la acechó, la persiguió y la raptó. Siguió a Diana con su vehículo, como hizo con la joven de Boiro, y con la hermana gemela de su mujer, y la acorraló para llevársela, para satisfacer sus instintos sexuales. Le quitó el móvil para dejarla indefensa y que no pidiera ayuda. Su coche es su arma de trabajo. El mismo en todos los casos. Busca lugares apartados. Y le gustan morenas, delgadas de pelo largo. Mismo modus operandi. La fiscal ha dicho que en el juicio han “cazado” las mentiras de El Chicle. Su defensa de muerte accidental asegura que fue imposible porque los forenses dejaron claro que la muerte nunca se pudo cometer con la fuerza de las manos. La versión de El Chicle era incoherente y sin tiempo material para llevarla a cabo. Las pruebas demuestran que no fue donde dijo que robaba gasolina. La abordó en la zona oscura del paseo por el que Diana andaba despistada con su móvil. La golpeó con una palanca que siempre llevaba en el coche, la amordazó y la maniató con la cinta que llevaba, y la metió viva en el maletero (no es creíble que la metiera muerta en los asientos traseros arriesgándose a que lo pararan y le descubrieran). Condujo a muchísima velocidad para llevarla a la nave de Asados, un lugar que “da pavor” ha dicho la fiscal. Allí la tuvo cerca de dos horas, sin posibilidad de defensa ni escape, con un ensañamiento psicológico innecesario. La violó porque estaba desnuda, toda la ropa se la quitó y probablemente olvidó el tanga porque era negro y no veía. Por eso fue encontrado en el fondo del pozo.
El cadáver tenía un edema característico que ha quedado demostrado que solo pudo producirse en vida, por las embestidas al violarla. Las dos acusaciones se agarran a la versión del director del Imelga, el único forense que vio esa lesión en una ampliación de autopsia. Pero El Chicle no tuvo suficiente con la agresión sexual. Porque tenía un plan “organizado”. Asesinó a Diana para borrar el delito de violación. Lo hizo con una brida, durante cinco minutos. Las bridas que negó pero que llevaba en el coche y su mujer ratificó.
En la exposición, la fiscal y el abogado de la familia Quer han presentado como prueba, también el teorema de Bayes. Porque es un cálculo matemático y “las matemáticas son una ciencia exacta”. En el 99% de los casos de agresión sexual se cumplen los parámetros que se cumplieron con Diana. Y no confesó. Piden que no se atenúe la pena por decirlo cuando ya estaba acorralado. 500 días después. Antes intentó fabricarse coartada, engañó, formateó su móvil dos veces, y manipuló a su mujer y a sus cuñados para que le cubrieran. Ideación paranoide, obsesivo compulsivo (le hemos visto escribir y poner el bolígrafo perfectamente recto, durante el juicio), ansiedad fóbica, resentimiento, conductas antisociales, poco emotivo, falta de empatía, intolerante. Son algunas de las características de José Enrique Abuín en palabras de los médicos con una conclusión final: “No se aprecia sufrimiento emocional”. “Justicia humana” ha concluido la fiscal, es lo que necesita Diana. Los delitos; detención ilegal, violación y asesinato, con ensañamiento y alevosía, con el agravante de género. Piden prisión permanente revisable.