El pasado mes de marzo la factura de la luz cerró con un abaratamiento de un 4% con respecto al mes anterior, según el simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Concretamente, la factura media para un consumidor domesticó ascendió a 66,95 euros en marzo frente a los 69,8 de febrero. Sin embargo, que el elevado precio de la factura de la luz deje de ser un problema en España está lejos de resolverse y no invita al optimismo. Analizando los datos del mismo periodo, pero interpretándolos de otro modo más crudo, lo que también arroja la estadística es que el precio de la luz registrado el pasado mes es el precio más caro en un mes de marzo desde que hace seis años se crease la nueva tarifa eléctrica regulada (PVPC), tal y como denuncia la OCU.
Son cifras que se refieren al mismo intervalo de tiempo, pero las lecturas son bien distintas. Y debemos tenerlo en cuenta, máxime a escasos días del inicio oficial de la campaña electoral que tiene la mirada puesta en los comicios generales del 28A, donde sin duda los distintos partidos políticos tendrán la cuestión muy presente para intentar conseguir el voto, al igual que sucede con las pensiones, ya muy recurrentes en el discurso de los distintos líderes, habida cuenta de que uno de cada cuatro españoles con derecho a voto es pensionista.
De hecho, es necesario que se hable de estas cuestiones. Es imprescindible. Pero se ha de hacer desde una realidad que preocupa y mucho al ciudadano: España, según las cifras de Eurostat, está entre los cuatro países que tienen la electricidad más cara de toda la Unión Europea. Por delante solo están Dinamarca, Alemania y Bélgica, países que, por su parte, en sueldo medio anual también están por encima.
Dicho esto, y volviendo a los datos que nos arroja el último mes, la OCU advierte que el final del invierno y el inicio de la primavera son periodos en los que la electricidad suele fijar precios “sensiblemente inferiores” a los del resto del año, debido a la necesidad de las centrales hidráulicas de generar electricidad por las lluvias y deshielo.
Es por ello por lo que en marzo se ha producido un descenso de los precios en lo que respecta a los registrados tanto en febrero como en enero y los meses anteriores, los cuales fueron “elevadísimos”.
Específicamente, según cálculos de la OCU, la factura mensual de un hogar medio --con una tarifa de 4.6 kW y un consumo anual de 3.500 kWh-- habrá bajado en marzo seis euros respecto a la de enero, pasando de un gasto de 69,3 euros a 63,4 euros, pero seguirá siendo 2,3 euros más elevada que en marzo de 2018.
En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios advierte que estas subidas y bajadas solo afectan directamente a los hogares con el PVCP, que son un 40% aproximadamente. Sin embargo, las subidas producidas durante los últimos meses han provocado que la revisión de contratos en el mercado libre se haya realizado también con incrementos.
Más allá, y por si fuera poco, este mes de abril, con el fin de la suspensión temporal del impuesto del 7% a la generación eléctrica, se prevé, una vez más, otro incremento en la factura.