Karina Rodini es una joven brasileña de 31 años que padece una enfermedad genética que le provocó la aparición de un tumor que llegó a pesar 40 kilos. Cuando tenía 12 años lucía una manchita pequeña y agradable en uno de sus muslos. Era una marca como mucha gente tiene y hasta pensaba que era un detalle bonito. Pero a los 12 años aquella mancha aparentemente inocente y de color café con leche comenzó a cambiar de forma, color y tamaño. El diagnóstico: neurofibromatosis.
La neurofibromatosis es un transtorno genético del sistema nervioso que le causa a la joven la aparición de de constantes tumores no cancerígenos en su cuerpo. Pese a que ya había sido diagnosticada cuando tenía dos años, a los 12 comenzó a manifestarse la enfermedad y la mancha creció hasta convertirse en un tumor de 9 kilos alojado en su útero. Se sometió a un procedimiento quirúrgico para extirparlo. Sin embargo, la enfermedad siguió avanzando y provocó complicaciones en su salud.
Le realizaron diez cirugías y varias intervenciones menores entre 2012 y 2018, pero los médicos jamás lograron controlar la neurofibromatosis. En 2019 sus piernas duplicaron su tamaño y su vida volvió a paralizarse ya que todo se volvió un problema para ella e incluso le costaba vestirse y salir a la calle. Hacer una vida normal era imposible.
"Cada dos o tres años me operan. El médico extrae aproximadamente 1 kilo de tejido. Dice que es lo máximo que puede eliminar debido a la cantidad de sangre que se pierde", relató Karina. Pese a esta situación, la mujer nunca se dio por vencida y desde hace unos años se sumó a las redes sociales y otras plataformas para contar su historia y pedir ayuda.
"Vivo en Brasil y no hay un médico especializado para ayudarme. (El tumor) se está haciendo más grande y no puedo encontrar ningún pantalón que me quede bien. Se está volviendo demasiado pesado y ni siquiera puedo hacer cosas simples como caminar, sentarme o levantarme", expresó la joven su perfil de GoFoundMe, una plataforma de crowfunding.
Gracias a su persistente búsqueda, Karina encontró a un médico estadounidense que se interesó por su caso. McKay McKinnon es un especialista en la extracción de tumores grandes, y a su vez en Brasil encontró al cirujano plástico Alfredo Duarte, quien inmediatamente empezó un tratamiento con la joven.
El pasado 16 de noviembre de este año se llevó a cabo la cirugía que cambiaría la vida de la joven. Fue así como lograron extraerle 30 kilos de tumor de los 40 que poseía. "La necesidad de recuperar calidad de vida me hizo tomar valor, exponer mi problema en las redes sociales y con la ayuda de muchas personas logré juntar el dinero", contó Karina a la prensa local.
McKinnon contó que Karina tiene "grandes posibilidades de tener una vida normal" ya que es joven y "relativamente" sana. La operación duró 12 horas e intervinieron en ella un cirujano plástico, un dermatólogo, un genetista, un cardiólogo, un ortopedista y un oftálmologo.