Expertos en detenciones creen que la inmovilización de George Floyd fue letal

  • La maniobra de contención se prolongó durante casi ocho minutos

  • El agente Derek Chauvin ha quedado acusado de homicidio de tercer grado y homicidio involuntario

La muerte de George Floyd -un hombre negro de 46 años que fue detenido por la policía de Minneapolis el pasado 25 de mayo- ha desatado una oleada de protestas contra el racismo, la xenofobia y los abusos policiales por todo el mundo. Este lunes por la tarde más de 300 personas se concentraron frente a la embajada de Estados Unidos en Barcelona.

También ha abierto el debate sobre las técnicas de inmovilización empleadas por los cuerpos policiales. El agente Derek Chauvin hincó su rodilla izquierda en el cuello del sospechoso mientras con la derecha se apoyaba sobre su homóplato. Así permaneció durante casi ocho minutos. El hombre estaba en el suelo, boca abajo y esposado. Acabó perdiendo la vida.

NIUS ha analizado esta intervención con expertos en intervenciones operativas de la Guardia Civil y en defensa personal policial. La legislación española es diferente a la estadounidense pero toda actuación debe regirse por tres principios básicos, recogidos en el artículo 5 del la ley 2/86 de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad: oportunidad, congruencia y proporcionalidad. Consideran que esta maniobra fue letal al prolongarse durante demasiado tiempo.

El arresto

El pasado lunes la policía de Minessota recibió una llamada de un comerciante que aseguraba que Floyd había intentado pagar con un billete falso de 20 dólares. Cuando llegaron los agentes el hombre estaba dentro de su coche. Según su versión, le pidieron que saliera y se montase en el vehículo policial, a lo que él se resistió.

La resistencia pasiva o la desobediencia se considera una forma de violencia, por lo que según los expertos la actuación si estaba justificada. En las redes sociales se han publicado varios vídeos aunque en ninguno se ve cómo empezó la confrontación. Sólo cómo dos agentes ayudan a contener al hombre mientras Chauvin descarga todo el peso de su cuerpo sobre su cuello. El sospechoso suplica entre sollozos: "¡No puedo respirar, no me maten!", incluso promete que va a ser bueno y llama a su madre.

Los oficiales Thomas Lane, J. Alexander Kueng, Tou Thao se limitaron a observar. Cuatro minutos después Floyd estaba inconsciente pero el agente seguía sin dejar de ejercer presión sobre él. Finalmente una ambulancia le trasladó a un hospital pero sólo pudieron confirmar su muerte.

Esta intervención fue adecuada en cuanto a la oportunidad: había que reducir a un individuo que se negaba a colaborar. Chauvin fue congruente al emplear esta maniobra pero no se cumplió con la proporcionalidad ya que la situación se prolongó demasiado en el tiempo y el agente continuó incluso cuando Floyd dejó de respirar.

Maniobra policial

Hay maniobras estándar de contención para reducir a los delincuentes, que los agentes aprenden en la academia. Deben emplearse sólo cuando la persona está agresiva o es violenta y durante el tiempo mínimo e imprescindible. El objetivo es evitar que puedan hacer daño a alguien y sujetarle por las muñecas. Se recomienda la utilización de grilletes, manillas de plástico o lazos de seguridad como una transición antes de meterle en el vehículo policial para trasladarle a comisaría. El agente debe tener en cuenta que esta medida puede dificultar las capacidades físicas del detenido y ajustar el tiempo de duración de las mismas para evitar un sufrimiento innecesario al detenido.

Según los protocolos, se debe evitar colocar al individuo boca abajo porque se obstruyen las vías aéreas y puede provocar una insuficiencia respiratoria. Además, puede ocasionar ruptura del tabique nasal o la pérdida de piezas dentales. Pero si no hay más remedio, el agente tiene que colocarse encima, controlando con una tibia la zona de la cabeza desde el cuello y con la otra tibia la caja torácica para impedir su movilidad durante unos segundos.

Los expertos aseguran que si se realiza correctamente, no es una técnica lesiva, ni mucho menos mortal. Pero en este caso Chauvin soltó a plomo su cuerpo -de más de 80 kilos- sobre el cuello del detenido. Durante casi ocho minutos mantuvo esta posición, sin dejar de presionar con su rodilla. Eso pudo provocarle asfixia posicional, graves daños cervicales y fractura del hueso hioides, la misma que se produce en los ahorcamientos.

Una vez en el suelo, el agente debería haber recolocado a Floyd y tumbarle lateralmente, apoyado en el costado sobre la zona muscular para no ejercer presión sobre la zona ósea de las cervicales. La cabeza del detenido debe estar mirando hacia el lado contrario del que se encuentre el agente para hacer la luxación y así ponerle los grilletes. Al levantarle en esta posición los hierros rozan el hueso y producen cierto dolor, lo que garantiza su inmovilización.

Ya esposado, hubiera sido factible cambiar al detenido de posición. Sentarle en el suelo con las piernas cruzadas como un indio para impedir que pudiera levantarse y apoyarle la espalda sobre el vehículo policial o una pared para que se hubiera sentido más tranquilo.

Chauvin continuó con la maniobra durante ocho minutos. Mientras Floyd pedía auxilio y manifestaba que no podía respirar. Durante los tres últimos ya estaba inconsciente. En esta situación la prioridad hubiera sido prestarle atención médica para recuperarle de esa situación y evitar que sufriera una parada cardiorrespiratoria.

El informe de la autopsia presentado por la policía determina que: "No hay indicios de que Floyd muriera por estrangulamiento o por asfixia traumática. Probablemente murió por los efectos combinados de ser detenido, condiciones de salud subyacentes, incluyendo enfermedad de la arteria coronaria y enfermedad cardíaca hipertensiva y cualquier intoxicante en su sistema".

Pero la familia del difunto encargó una segunda autopsia, que contradice la anterior y concluye: "La muerte fue provocada por una compresión continuada del cuello y la espalda que provocaron una falta de riego sanguíneo al cerebro", según ha explicado en rueda de prensa un abogado de la familia, Ben Crump.

La investigación

Chauvin ha quedado acusado de homicidio de tercer grado y homicidio involuntario. Ingresó en el cuerpo en 2001 y ya contaba con 18 quejas en su registro oficial. Se había visto involucrado en tres tiroteos. Uno de ellos se saldó con tres víctimas mortales.

Sus tres compañeros también han sido expulsados del cuerpo. Podrían ser considerados cómplices de este homicidio al haber omitido el deber de socorro. El FBI investiga ahora si los agentes violaron los derechos civiles y si la muerte de Floyd podría haberse evitado.

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