Hazaña de las autoridades aeroportuarias de Estados Unidos que en menos de una hora lograron evitar que un niño de 9 años, positivo en covid-19 se montase en un avión junto al resto de su familia en un vuelo entre los aeropuertos de Baltimore y Washington.
Ocurrió el pasado martes 24 de noviembre, a menos de 48 de Acción de Gracias, una festividad que congrega en torno a las mesas familiares a millones de ciudadanos estadounidenses. La pandemia de coronavirus y las restricciones impuestas por las autoridades hicieron temer una reducción de los desplazamientos en los días previos pero la realidad ha sido bien diferente y los viajes se han multiplicado.
Uno de estos desplazamientos es el que iba a realizar esta familia cuyo identificación no ha sido facilitada por las autoridades.
En ese momento, un oficial del departamento de Salud de Baltimore se puso en contacto con la Policía Local para informarles de que un niño acababa de dar positivo en un test de covid-19 y estaba a punto de embarcar en un avión junto al resto de su familia.
Ante la imposibilidad de comunicar previamente el resultado a la familia, se puso en marcha un dispositivo de alerta en el que también intervinieron las autoridades del estado de Maryland y la Policía Estatal.
Tras conocer la identidad de los pasajeros y el vuelo que estaba previsto que tomaran, los responsables aeroportuarios solo tardaron media hora en ponerse en contacto con los padres a través de sus teléfonos móviles.
Tras localizarlos, las autoridades mandaron a su casa a la familia con la orden expresa de mantenerse en cuarentena mientras el menor pudiese transmitir la enfermedad.
Todos los responsables del dispositivos se han mostrado satisfechos al poder evitar que un enfermo de coronavirus montase en un espacio cerrado como un avión sin saber que era portador del virus, evitando así extender la pandemia entre el sesto del pasaje.