Los aerosoles son los principales responsables de la transmisión del coronavirus y de la mayoría de los virus respiratorios, como el MERS-COV o la gripe, al acumularse en espacios interiores, permanecer allí durante horas y ser posteriormente inhalados, según publica este jueves en Science un grupo de investigadores de Taiwán, Estados Unidos e Israel.
Tras revisar numerosa evidencia, los científicos consideran que la transmisión por gotas más grandes —cuando un contagiado tose o estornuda frente a otra persona— o por el contacto con superficies contaminadas no bastan para explicar la mayor transmisión en interiores y los grandes brotes de superpropagación.
"La transmisión por inhalación de aerosoles que contienen virus se ha subestimado durante mucho tiempo" señaló Chia C. Wang, que encabezó la revisión y es directora del Centro de Investigación Científica en Aerosoles de la Universidad Sun Yat-sen de Taiwán.
"Es hora de revisar los paradigmas convencionales implementando precauciones contra los aerosoles para proteger al público de esta ruta de transmisión", agregó.
Los autores recuerdan, por ejemplo, que los estudios de supercontagios muestran que la transmisión aérea fue la vía más probable, por encima del contacto con superficies o las gotas grandes. El aire compartido e inhalado en la misma habitación es un factor común.
En la mayoría de casos, los encuentros duraron una hora o más en espacios mal ventilados donde la mascarilla no se utilizó correctamente.
En esa línea, la literatura científica indica que el contagio aéreo es dominante o al menos muy importante también en buena parte de las enfermedades respiratorias además del coronavirus, a diferencia del paradigma establecido hace un siglo.
El doctor Charles Chapin, destacada figura estadounidense de la salud pública, rechazó entonces la hipótesis de la transmisión aérea al equiparar las infecciones a corta distancia con las de gotas.
"Esta suposición ignora el hecho de que la transmisión mediante aerosoles también es mucho más fácil en distancias cortas, porque la concentración de aerosoles exhalados es mayor cuando uno está más cerca de la persona infectada", explicó Kim Prather, del Centro de Aerosoles de la Fundación Nacional de Ciencias de EEUU en la Universidad de California en San Diego y codirectora del estudio.
¿Por qué los aerosoles quedan suspendidos en el aire? La razón es el tamaño, que supone que floten como humo y no caigan, como ocurre con las gotas.
"El tamaño físico determina predominantemente cuánto tiempo pueden permanecer suspendidas en el aire, lo lejos que pueden llegar, si son inhalables, y lo profundo que pueden penetrar en el sistema respiratorio si se inhalan", dijo Josué Sznitman, investigador en fisiología pulmonar del Instituto Israelí de Tecnología.
"La mayoría de los aerosoles producidos por actividades respiratorias tienen diámetros menores de 5 micras, lo que les permite llegar a los bronquiolos y alvéolos y depositarse allí", añadió.
Para los investigadores, el control de la transmisión del virus frente al auge de la variante delta requerirá no solo de mascarillas, que juzgan como una forma eficaz y económica de bloquear los aerosoles, sino también de defensas simultáneas como la vacunación y la ventilación.
A más largo plazo, creen que estas las medidas de control ayudarán a mejorar la calidad del aire interior y redundará en más salud.
Después de varios meses con cada vez más evidencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han aceptado que los aerosoles son la principal vía de contagio a corta y a media distancia.
En abril, una carta firmada por varios científicos en la revista The Lancet ya defendía la importancia de reconocer esta forma de propagación. Los expertos afirmaban que los supercontagios "revelaban patrones consistentes con la transmisión aérea" y que los contactos por proximidad podían explicarse por el aire compartido.