Tierra agrietada, ruinas antes bajo el agua y ahora al descubierto, son las consecuencias del tercer año más seco de la década .Contamos con poco más de 23.000 hectómetros cúbicos de agua embalsada; doce puntos menos que el año pasado.
Las cuencas del Tajo, Guadalquivir y Guadiana son las que peores registros tienen. Los expertos alertan de que sufrimos estrés hídrico y piden un cambio de modelo porque usamos más agua de os recursos hídricos de que disponemos.