Estados Unidos dio comienzo este lunes a los ensayos clínicos en humanos de una vacuna contra el coronavirus, mientras de forma oficial se ha advertido el "punto de inflexión" al que ha llegado el país, marcado por una crisis que podría extenderse "hasta agosto”, y se ha pedido a la población permanecer en sus hogares todo lo posible para aplanar la curva de contagios.
Ayer conocíamos que 30 medicamentos antivirales ya están siendo probados para conocer su eficacia contra el nuevo coronavirus y hasta cuatro compañías farmacéuticas están investigando la eficacia de una posible vacuna. A sus esfuerzos se suman las ya mencionadas pruebas en humanos por parte de los estadounidenses, que suponen un importante paso adelante en el combate de la enfermedad.
La situación del EEUU empieza a ser delicada: cinco estados, entre ellos Nueva York, han impuesto medidas de restricción del movimiento de la población a la vista del crecimiento exponencial del número de casos en suelo estadounidense, 3.487 según cifras oficiales, con al menos 68 muertes confirmadas. Esto habría llevado al país a acelerar en su búsqueda de una hipotética cura.
La vacuna conocida como RNA-1273 fue administrada este lunes por primera vez a un humano en un centro de investigación en Seattle (Washington). Así lo confirmaron los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU en un comunicado: "La fase 1 de la prueba clínica para evaluar una vacuna en investigación diseñada frente a la enfermedad del COVID-19 ha empezado”.
Un total de 45 voluntarios, adultos sanos de entre 18 y 55 años de edad, recibirán la vacuna a lo largo de las seis semanas que durará la prueba, en la que se tratará de calibrar la dosis adecuada del suero para certificar así su efectividad. A pesar de la "velocidad récord" a la que se ha desarrollado el estudio, en palabras del director del NIAID, Anthony Fauci, las estimaciones no esperan que haya una vacuna disponible hasta dentro de 12 o 18 meses.