No es raro que un graduado en Ingeniería vuelva a las aulas, pero esta vez de FP, para poder encontrar trabajo. "Son alumnos con un perfil y unas capacidades muy buenas. Tienen muchas ganas y saben que haciendo dos años más de FP se aseguran un empleo", cuenta José Miguel Díez, ingeniero técnico Industrial y profesor de FP de Procesos y productos de madera y mueble.
"Lo que demanda el mercado son técnicos y en este país no hay. Como me dijo una vez una persona de recursos humanos de una empresa importante: 'Para buscar un ingeniero, doy una patada en una piedra y me salen 100 y les puedo pagar 1.000 euros, pero a un buen técnico, no lo encuentro. Y si lo encuentro, le tengo que pagar 3.000", explica este profesor.
Es una situación que se repite desde hace décadas. En España hay 10 millones de titulados superiores pero solo 6 millones de puestos para ellos. Parece evidente que la creación de empleo para este sector de la población no ha crecido al mismo ritmo que el número de licenciados, tres veces más en los últimos 20 años.
Las consecuencias están ahí: un 37% de los titulados superiores en España ocupa un puesto por debajo de la formación que ha recibido. España es el país de la UE con más graduados universitarios empleados en trabajos de baja cualificación. En Europa, un 23,5% de los licenciados se encuentran en esta situación, según datos de Eurostat de 2020, recogidos en el informe universitario anual de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), que preside Ana Botín.
"La oferta de puestos de trabajo de alta cualificación es reducida en España. El desajuste puede venir por una mayor oferta de puestos de trabajo de menor cualificación y porque hay una demanda de trabajo relativamente elevada en relación a la oferta", sostiene Martí Parellada, coordinador general del informe de CYD.
Lo cierto es que en la UE el porcentaje con personas con un título superior (un 34%) es algo inferior al de España, con un 40%. España es, en cambio, el cuarto país europeo con un porcentaje más reducido en cuanto a oferta de puestos de trabajo de alta cualificación, algo que al final no es más que un reflejo del modelo de producción de la economía española.
"Lo que nos diferencia (del resto de países de la UE) es la falta de acoplamiento de la demanda a una oferta creciente para titulados superiores. (En España) la sobrecualificación de la fuerza de trabajo no se entiende sin la infracualificación de los puestos disponibles. Algo que tiene que ver con el tipo de empleo demandado por las empresas en función de la estructura de incentivos marcada, entre otras cosas por el entorno regulatorio", explican los académicos de Politikon en el libro 'El Muro invisible: Las dificultades de ser joven en España' (editorial Debate).
"Si tú tienes una economía como la española, donde están representadas actividades como las turísticas que no requieren empleos de alta culificación, esto hace que haya menos demanda por parte de las empresas de empleos de alta cualificacion", explica Parellada.
Pero, ¿hasta qué punto un título académico supone que se esté capacitado para el puesto que se desempeña?
En 2013 la OCDE publicó el estudio PIAAC, sobre las competencias matemáticas y lectoras de la población adulta. Y la conclusión fue clara: el 77% de los trabajadores sobrecualificados en España tenían la misma capacidad que aquellos con una cualificación exacta requerida por el puesto. O lo que es lo mismo: la mayoría de los sobrecualificados no son tan diferentes a otros trabajadores con menor nivel de estudio.
Un fenómeno al que algunos han llamado sobretitulación. "Es fácil imaginar que un titulado universitario en un país y en otro no necesariamente alcanzan las mismas competencias", explica el coordinador del informe de CYD. "Esto induciría a pensar que un titulado en un determinado país podría tener una titulación superior a la que le correspondería según las competencias adquiridas", señala.
Precisamente, esto es lo que se detectó en la encuesta PIAAC que ocurría entre los titulados universitarios españoles. "Si este es el fenómeno, también es normal que este titulado universitario esté en puestos de trabajo que no requieran una titulación. Pero, en cambio, las competencias que ha adquirido son las adecuadas al puesto de trabajo", explica Parellada.
Aunque de esta situación no son exclusivamente responsables las universidades, el estudio de CYD destaca estas deberían elaborar una oferta de titulaciones que se adaptase mejor a las necesidades del sistema productivo y conocer con más detalle las competencias adquiridas por los titulados en cada una de las familias de grados de las universidades.
De hecho, la sobrecualificación no afecta por igual a todos los titulados. Los de ciencias sociales son los que sufren mayor sobrecualificación en sus puestos de trabajo frente a los de ciencias naturales o ingenierías.
Determinante es también la procedencia sociocultural de la familia. Cuanto inferior sea al nivel socioeconómica del que se provenga, más posibilidades se dan para que el puesto de trabajo que se consiga sea inferior a lo que se ha estudiado. Entre los hijos de padres con estudios básicos, el porcentaje de sobrecualificados es del 22%. La cifra de extiende a casi la mitad, un 11%, entre hijos de padres con estudios superiores.