La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de lanzar una campaña mundial que insta a los gobiernos a adoptar una herramienta para reducir la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
La ‘herramienta AWaRe’ clasifica los antibióticos en tres grupos: acceso, vigilancia y reserva, y especifica qué antibióticos usar para las infecciones más comunes y graves, cuáles deberían estar disponibles en todo momento en el sistema de atención médica y cuáles deben usarse con moderación o preservación y cuáles solo como último recurso.
"La resistencia a los antimicrobianos es uno de los riesgos de salud más urgentes de nuestro tiempo y amenaza con deshacer un siglo de progreso médico", ha dejado claro Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Todos los países deben lograr un equilibrio entre garantizar el acceso a los antibióticos que salvan vidas y disminuir la resistencia a los medicamentos, reservando el uso de algunos antibióticos para las infecciones más difíciles de tratar. Insto a los países a adoptar AWaRe, que es una herramienta valiosa y práctica para hacer precisamente eso”.
En nuestro país el exceso de consumo de antobióticos está encima de la mesa. En España el consumo de medicamentos no hospitalarios nos cuesta 10.000 millones de euros, según un estudio de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), debido sobre todo al consumo de medicinas por habitante. Si ya hablamos de los antibióticos las cifras se disparan: La media en la UE es de poco menos de 22 dosis diarias por cada mil habitantes, en España se llega a 32.
La polémica enfrenta a médicos y farmaceúticos. En nuestro país “se expende antibióticos sin receta médica en las farmacias de una manera habitual”, señala el doctor Miguel Ángel Sánchez Chillón. Afirmación que niegan en las farmacias. "El 99% de los antibióticos se venden con receta” comentan señalando a los médicos por no fomentar el uso de las recetas en general. "El uso de medicamentos hoy en día es más un problema que una solución. Silvia, farmacéutica de profesión desde hace 20 años afirma que donde ella trabaja, el 90% de los clientes van con receta y si se trata de antibióticos habla de un 99%. El Colegios de Médicos y de Farmacéuticos ha impulsado, no obstante, la campaña 'Tus medicamentos siempre con receta médica. Por tu seguridad'.
Según un reciente estudio de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), la Sanidad es una de las partidas más importantes del gasto público en España, concretamente un 15% de 50.000 millones de euros. Dentro del presupuesto sanitario, más de 10.000 millones de euros, es decir, un 16%, se destina a gasto de farmacia no hospitalario.
Este elevado gasto se explica, según el estudio, sobre todo por el consumo de medicinas tan elevado por habitante. Y como ejemplo, pone el consumo de antibióticos, que se dispara.
No creen los farmaceúticos que haya un elevado uso de medicamentos porque ellos dispensan mayoritariamente con recetas. “Es decir, es un gasto de gente que lo necesita, enfermos crónicos, con ciertas patologías que necesitan una medicación…Es cierto que hay picos durante el año. En diciembre vendemos más antibióticos, antigripales... pero no es gasto excesivo. Todo el mundo viene con receta electrónica…” insisten ante la postura de los médicos que consideran que se venden medicamentos de más.
Miguel Ángel Sánchez Chillón, aunque admite que cada vez ocurre menos y que “no hay datos claros” que lo corroboren, apunta a “intereses económicos para este consumo: vender sin receta médica aumenta las ganancias”. Y si se refiere a los antibióticos, el doctor es más tajante: “Su uso es un asunto gravísimo. En España se expenden antibióticos sin receta médica de una manera habitual”. Silvia, que lo vive día a día niega tal afirmación. Solo admite que “alguno podemos dar a un cliente de toda la vida y que en un momento dado le ha surgido un problema pero casi siempre son con receta. Ahí, los médicos prescriben en función de lo que ellos consideren. Si hay mucho gasto en antibióticos, será porque el paciente lo necesita”.
En cualquier caso, el doctor recalca que el antibiótico “tiene una acción muy concreta sobre un microorganismo concreto. Cuando se hace un mal uso se genera de alguna manera resistencia de los propios microorganismos y así con el tiempo ese fármaco ya no tendrá utilidad”.
“Las dosis que hace 30 o 40 años se usaban para tratar una neumonía con penicilina ahora hay que multiplicarlas por 10 o por 100. El futuro que se nos abre si seguimos haciendo un mal uso de los antibióticos ya se prevé que nuestro caballo de batalla. Nuestra gran epidemia dentro de pocos años será la resistencia a los antibióticos de las llamadas ‘superbacterias’, que serán imposibles de atajar con la farmacopedia que tenemos actualmente”, sostiene el doctor. “Tendremos una situación que pensábamos que se había superado cuando se descubrió la penicilina. Con la globalización del planeta, los contactos que hay entre personas, con los viajes… llegaremos a un estatus en el que los antibióticos no tengan utilidad para determinadas enfermedades y se volverán a hacer endémicas”, sentencia.
Algo similar señala la boticaria: “No todas las infecciones son iguales. Es verdad que si empiezas con la amoxicilina sin haber ido al médico, a lo mejor, estás enmascarando otra afectación... Lo correcto es ir al médico”.
Los datos de las Organización Mundial de la Salud le dan la razón. Las infecciones resistentes a los medicamentos ya están en aumento, con cifras que sugieren que se pierden hasta 50.000 vidas por año debido a infecciones resistentes a los antibióticos en Europa y EE. UU. A nivel mundial, al menos 700.000 personas mueren cada año por resistencia a los medicamentos en enfermedades como infecciones bacterianas, malaria, VIH / SIDA o tuberculosis. La cifra puede llegar a los 10 millones en 2050, alrededor de 390.000 solo en Europa. De hecho, en 2050 podría superar al cáncer como causa de muerte.
El impacto también va a ser económico, no en vano, se estima que para 2050, el impacto para el PIB mundial será de una caída del 3,8% anual para 2050. Los expertos del Banco Mundial explican en el informe elaborado en 2017, La resistencia a los antibióticos: una amenaza para nuestra economía futura, que las pérdidas provocadas por los efectos de la epidemia de resistencia a los antibióticos pueden igualar a los provocados por la crisis financiera mundial de 2008-2009.
El informe también hace referencia al uso de genéricos. Sostiene que va en aumento pero no alcanza los ratios de otros países: Representan el 43% del consumo de medicamentos financiados. Sánchez Chillón eleva este uso por encima del 50%. Argumenta que en España se usan menos porque se incorporaron más tarde y asegura que "el genérico no tiene ninguna diferencia cuantitativa, ni cualitativa con respecto a los fármacos marca".
En cambio, Silvia, explica que “supuestamente tiene que tener la misma composición que una marca original pero nunca la tienen. Tienen que tener un mínimo de efectividad que les deja un rango pero no siempre cumple el 100% de esa efectividad. Por eso hay gente que nota que con un genérico le va peor que con una marca”. Además –añade- tienen el mismo precio y la “gente prefiere llevarse la marca”.
Muchas veces los farmacéuticos –explica Silvia- “nos encontramos con el problema de que la gente no quiere o no puede ir al médico por no perder toda una mañana de trabajo. Otras, quieren comprar el ibuprofeno que vale 1,97 euros, no el de 5. El primero está financiado por la seguridad social y necesita receta, por eso tiene ese precio”.
“La gente no quiere pagar, ni ir al médico porque es incómodo”, insiste Silvia antes de señalar a los propios médicos. "En el 80% de los casos, los doctores le dicen al paciente, vete a la farmacia que no hace falta receta... Ellos son los primeros que fomentan el que la gente vaya a la farmacia sin receta. Nosotros nos encontramos con la tesitura de que es un ibuprofeno, pero necesita receta”. Porque sí, el ibuprofeno, según la dosis necesita prescripción médica, de hecho la ha necesitado siempre.
“Estamos muy mal acostumbrados desde médicos hasta dentistas, fisioterapeutas, ópticos... Va a ser complicado cambiar esto y nosotros vamos a tener muchos problemas porque estamos empezando a pedir receta. El Ministerio nos ha dicho que tenemos que pedirla y los primeros que no lo fomentan son los médicos”, sentencia la boticaria. “Ni el fisioterapeuta ni el óptico pueden recetar pero le dicen a un cliente cómprate este colirio que te va a ir muy bien y no te preocupes que no necesita receta. Luego nos toca a nosotros enfrentarnos con la persona y explicarle que si hace falta”, concluye.
Silvia achaca al enorme desabastecimiento de medicamentos que Sanidad controle más qué dispensan las farmacias. Puede que los laboratorios prefieran exportar porque en España las medicinas son baratas y el Ministerio pretenda regularizarlo de alguna forma, señala.
En lo que sí coinciden médico y farmacéutica es en recomendar a la gente usar las medicinas que tenemos en casa de forma racional. “Hay que ser responsables. El 30% de los ingresos en las urgencias hospitalarias en las personas mayores de 80 años se debe a efectos de le medicación”, dice el presidente del Colegio de Médicos.
La farmacéutica admite que está muy a favor de tomar y tener medicamentos. “Para algo están y nos ayudan un montón en nuestra vida pero todo usado con cabeza. Tener de todo un poco en tu casa no lo veo mal, pero tener seis cajas de ibuprofeno, sí”.
El médico insiste en la necesidad de no automedicarse y en caso de hacerlo recurrir a medicinas que no necesiten prescripción. Si el ciudadano recurre a un medicamento con receta sin que se lo haya mandado su médico puede cometer un error en la dosis. El médico pone como ejemplo que un exceso de paracetamol (más de tres gramos diarios”) “podría poner a una persona susceptible –mayores, niños y personas con determinadas patologías- en una situación de insuficiencia hepática. Cuando consumimos un fármaco hay que ser tan responsables como cuando consumimos alcohol”.