La preocupación por la erupción del volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma ha obligado a muchos a mirar hacia los expertos para tratar de encontrar respuestas a un fenómeno tan extraño como devastador. Desde el Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN), su portavoz, David Calvo está convencido de que al igual que ha pasado durante la pandemia, la gente ha acudido a a la ciencia para encontrar respuestas y se han sentido tranquilos al descubrir que "la ciencia va al ritmo del volcán".
Desde el comienzo de los enjambres sísmimos de hace meses, los especialistas de este organismo público comenzaron a trabajar en planes de respuesta ante una actividad volcánica que preveían próxima. Los rápidos desalojos y la eficacia en la estrategia de contención de daños han demostrado a la población la importancia de invertir en ciencia y conocimiento.
Con la llegada de la lava al mar, Calvo cree que se está cumpliendo con un proceso habitual en el vulcanismo de las Islas Canarias, "el delta va a seguir creciendo en lo que podemos llamar una isla baja que con el tiempo podrá usarse para cultivos".
Según el portavoz del INVOLCAN, "la lava ha encontrado una autopiosta hasta el mar y así va a seguir mientras se mantenga este caudal de emision de lava y mientras esta vía se mantenga perfectamente conformada", algo que considera puede transmitir tranquilidad a las zonas amanezadas por las coladas de lava.
Desde el INVOLVAN, asegura, "trabajamos con la hipótesis de la reestructuración de la isla ya que aquí está saliendo mucho material que viene desde abajo y se están creando huecos que la isla tiene que rellenar", algo que explicaría los numerosos sismos que se están registrando en las últimas horas en la zona de Fuencaliente, aunque no ve motivos de preocupación "más allá el interés científico".
Tampoco cree que las emaciones surgidas tras entrar la lava en contacto con el agua del mar sean peligrosas para la población ya que se trata de gases que rápidamente se volatilizan y disuleven en la atmósfera.