En estos tiempos de enseñanza online se ha desatado la picaresca. Cada vez hay más ofertas a través de Inernet para suplantar al estudiante en los exámenes. La tentación de copiar está ahí y es sencillo encontrar, además, suplantadores en la red.
Una simple búsqueda por las web de anuncios nos lleva a encontrar montones de ofertas. Personas ofreciéndose a hacer exámenes y estudiantes buscando quien se los haga a cambio de dinero. Muchos alumnos aseguran que ni se pensarían arriesgar su futuro en manos de otro, pero los hay menos escrupulosos.
Cuando el profesor no mira, ancha es Castilla. Parece ser la máxima de estos estudiantes tramposo que, llegada la época de los exámenes, han visto el cielo abierto para aprobar mediante todo tipo de triquiñuelas. Por citar un ejemplo representativo, todos los estudiantes de grado de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla sacaron un 10 en su primer examen online. Sospechoso cuando, según fuentes de la ETSI, normalmente tiene un índice de aprobados del 60 por ciento.
Para evitar tentaciones, los profesores han tenido que tirar de ingenio: exámenes orales, por videollamada, con el micrófono y la webcam encendidos, o con tiempo limitado para responder.
Al menos hasta que puedan volver las evaluaciones presenciales. Para entonces habrá que tomar medidas especiales para garantizar la seguridad de todos. La batalla por los exámenes se libra en sobre todo en las carreras sanitarias, con Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) a la cabeza. La Junta de la facultad –en la que hay 12 alumnos- decidió el pasado 8 de mayo por unanimidad, según el decano, Javier Arias, que los exámenes fueran presenciales en julio, con alternativa online en caso de que no fuera posible.
El ministro de Universidades, Manuel Castells, consideraba hace unas semanas que el sistema universitario había respondido "muy bien" a la necesidad de transformar sus clases presenciales en clases "online" derivada de la pandemia de coronavirus.