La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) calcula que cada año 130.000 personas que padecen la enfermedad del cáncer están también en una situación de vulnerabilidad económica.
Las dificultades económicas suman una barrera más a la dura enfermedad del cáncer, reduciendo la atención y la cura que necesitan las personas que la padecen, según ha asegurado la coordinadora de Programas y Servicios de AECC en Barcelona, Teresa López-Fando, en una rueda de prensa junto con víctimas directas o familiares del cáncer.
La AECC tiene una línea de ayudas para paliar la situación de personas vulnerables que en el 2020 ha atendido a más de 20.000 personas con ayudas directas, prestación de material, atención social o psicológica, etcétera.
Una de las víctimas de la enfermedad que ha participado en la rueda de prensa, Carlota Celeste, malagueña de 48 años, sufrió cáncer de ovarios en plena pandemia, y ahora nota que su cuerpo ha cambiado radicalmente: no puede moverse como lo hacía antes, y a veces incluso le cuesta subir escaleras o hacer esfuerzo con los brazos.
Celeste era acomodadora de habitaciones en hoteles, y podía dejar listas entre 15 y 25 estancias cada día: "Veía que ese trabajo es imposible para mí, y mira que aún soy joven, no puedo".
En esa situación, Celeste notó que entraba en una depresión, había días se quedaba horas en la cama, sin moverse, y es cuando acudió a AECC.
"Me han ayudado mucho en el tema psicológico, también económicamente, y ahora estoy tramitando la minusvalía -ha explicado Celeste-, llegar a la asociación fue como quitarme un gran peso de encima".
Otra de las voces de la rueda de prensa, Antonia Siguier, de 62 años y residente en Mallorca, padeció un cáncer de páncreas agresivo y tuvo que darse de baja en su trabajo, cobrando un 75% del salario en los primeros seis meses, y un 50% tras esa fecha.
"A veces me superaba más mi problema económico que el problema de la enfermedad, y mira que con el cáncer lo pasé fatal", ha dicho Siquier.
Antonia no conocía la AECC, pero, un día, por televisión, vio un anuncio de la organización y llamó a su teléfono.
"En la AECC me han tendido la mano en todos los aspectos, en el psicológico, en la nutrición, con ayudas económicas... es de agradecer sentirte arropada".
Teresa López-Fando ha detallado que para muchas personas es difícil asumir que necesitan ayuda porque, en ocasiones, las personas en vulnerabilidad siempre han sido independientes: "Pero cuanto antes se pida la ayuda, mejor será, porque se avanzarán los trámites necesarios".
La tercera participante en el acto ha sido Cristania Campos, de 48 años y residente en Igualada (Barcelona), cuya madre sufrió cáncer, y desgraciadamente murió en diciembre del 2020.
"Yo trabajaba de cocinera en Barcelona -ha relatado Campos-, pero cuando mi madre empezó la quimio, tuve que faltar muchos días para ayudarla, y es cuando mis jefes me dijeron que no podían mantenerme porque no cumplía con las obligaciones que hacía antes".
El paro finalizó en seis meses, y AECC ayudó a la familia de Campos con 200 euros semanales para comida, y también les donó una barandilla de apoyo para la ducha: "Lo peor para una persona es depender de los demás, y el simple hecho de ducharse sola era muy grande para mi madre".
La asociación las ayudó a comprar cremas que apaciguaban el dolor de la piel que sentía la madre de Cristania, productos que no cubre la Seguridad Social, pero que son fundamentales para el bienestar de algunos pacientes de cáncer.
De igual modo, todos los componentes de la familia, la madre, la misma Cristania y también su hija, tuvieron apoyo psicológico para llevar mejor el proceso de la enfermedad.
Teresa López-Fando ha reivindicado el trabajo de AECC: "Antonia nos encontró por casualidad por televisión, nos llamó y la atendimos, el servicio funciona".
Desde AECC han remarcado que "quieren seguir dando ayuda a personas que sufren directa o indirectamente la enfermedad del cáncer", y ponen a disposición su teléfono de atención contra el cáncer: 900100036.