Mientras la vacunación contra el coronavirus sigue en España, hay colectivos que se consideran prioritarios y quieren ser inoculados lo antes posible. Uno de ellos son los enfermos de fibrosis quística, una enfermedad que afecta especialmente a los pulmones. Para ellos, una simple gripe o resfriado común puede causar complicaciones muy graves.
Olaia o Estefanía, enfermas de fibrosis quística reivindican el pinchazo más esperado por todo el mundo. “Nuestra reivindicación es que todas las personas con fibrosis quística sean consideradas personas de muy alto riesgo, no solo los trasplantados”, dice Olaia Peñas.
Lo hace porque su enfermedad afecta especialmente a los pulmones y estar vacunados contra la covid 19 les daría algo de tranquilidad.
“Tenemos miedo a una gripe, a una pulmonía… eso es terror que siempre tenemos en la mente, pues imagínate este virus”, expresa Estefanía Cuesta.
Pero, de momento, no son considerados como grupo prioritario en la vacunación. Así que mientras llega el ansiado pinchazo solo les queda protegerse al máximo para no contagiarse porque aseguran que “esta enfermedad nos puede hacer que perdamos toda nuestra capacidad pulmonar o que lleguemos a la muerte, incluso”.
Estefanía vive pegada a los inhaladores y toma unas 40 pastillas al día. Su rutina se limita a de casa a un banco y de un banco a su casa. Cuenta que lleva “en casa prácticamente un año y medio” porque, asegura Olaia, “el salir fuera de casa, el estar en contacto con más gente es peligro, muy peligroso para nosotros”.
Olaia, con un trasplante bipulmonar y otro renal provocado por la medicación, nos recibe en un parque. Nadie puede entrar en su vivienda. Incluso su marido tiene que extremar las precauciones para no llevar la covid a casa. Asegura que duermen por separado, “no tenemos casi contacto”.
A ellos, la vacuna les permitiría poder hacer pequeños cambios en su rutina. “Nos daría un poco más de libertad”, dicen. Sería una batalla ganada porque la guerra contra la fibrosis quística no es tan fácil de ganar.