La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) sumará una prueba más a partir de 2024. Se trata de un test de sonido, impuesto por la Unión Europea, y que hasta ahora solo se le realizaba a las motos.
El objetivo de esta prueba es evitar que los dueños de los coches modifiquen los tubos de escape y se pueda reducir la contaminación acústica en las ciudades. Afectará sobre todo a los coches deportivos, los más ruidosos.
La Unión Europea pretende reducir el impacto del automóvil en el medio ambiente. Estas pruebas de ruido servirán para detectar posibles alteraciones en el sistema de escape de los vehículos con el objetivo de que no superen los decibelios permitidos.
En España solo se hace este tipo de pruebas a las motos. Durante algunos años se hizo a los turismos en la Comunidad Valenciana pero debido a los pocos coches que superaron el ruido permitido, se eliminó.
Los expertos advierten de que pasar la ITV no impide que posteriormente el dueño del coche no modifique el tubo de escape para hacer más ruido.
Alemania, por ejemplo, realiza mediciones de ruidos del tráfico, algo que en España tendría que hacer la Dirección General de Tráfico (DGT) mediante una prueba de carretera que demostraría la modificación del tubo de escape.
Ya en 2019, la UE obligó a los fabricantes a limitar el sonido de los coches. Mercedes fue una de las primeras que se adaptó a la nueva normativa comunitaria. Entonces solo era una recomendación. Desde 2024 será de obligado cumplimiento para los estados miembro.