Después de superar los peores momentos, los trabajadores del Hospital Gregorio Marañón han hecho una reflexión a modo de carta abierta a sus pacientes de coronavirus, a quienes siente como su familia. Profesionales que hablan de agradecimiento, de alivio, de soledades y de rabia, profesionales que han ganado porque han puesto por delante el corazón y se han dejado la piel y el alma.
La emotiva carta abierta va dirigida a sus pacientes, en formato de texto y de vídeo, donde han reconocido que "no era fácil llevar bien lo difícil, pero era imprescindible", y que aprendieron "con dolor e impotencia que hay palabras que no se materializan, que decir mascarilla, no protege, y repetir respirador no salva vidas".
"Tenemos que confesaros que el miedo a perderos nos ha hecho temblar, sollozar y derrumbarnos, pero también nos hizo levantarnos, porque no era fácil llevar bien lo difícil, pero era imprescindible. Lo hemos intentado con tesón, peleando por daros calidad y ofreciendo siempre calidez", han admitido los profesionales, de los cuales más de una treintena aparecen en un vídeo leyendo la carta, algunos con la voz entrecortada.
"Aprendimos con dolor e impotencia que hay palabras que no se materializan, que decir mascarilla, no protege, y repetir respirador no salva vidas, por mucho que lo intentáramos o lo gritáramos. Sin embargo nada nos paró, ya que cuando uno tiene un porqué siempre encuentra el cómo", han apuntado también en su misiva, dirigida a los que no quieren llamar pacientes, sino familia, porque "durante esos interminables días y temidas noches" han sido sus "parejas, padres y hermanos", y también sus "abuelos, hijos, compañeros y amigos", y porque "la familia no es una opción, ni un contrato, no es nada más, ni nada menos, que entrega".
El equipo del Hospital Gregorio Marañón ha decidido hablar "desde el corazón", ese que han utilizado "como un impulso de trabajo, como un arma de construcción masiva", porque "quien elige el corazón, no se equivoca nunca".
"Aprendimos vuestros nombres para que supierais que estabais con nosotros, para que sintierais que estábamos con vosotros como una necesidad mutua de reconocimiento", han destacado, y han asegurado que no solo les han tratado y cuidado, sino que también les han ofrecido "la humanidad de la compañía".
"Por eso hemos hablado con vosotros, reído y llorado, hemos apretado los dientes de rabia y para coger impulso. Tuvimos que aprender a leer en vuestros ojos preguntas calladas e intentamos que hallarais en los nuestros miradas de comprensión, consuelo, esperanza, de gratitud y fuerza", prosigue la carta.
"Os confesamos que guardamos con amargura ese adiós o esa cama vacía, convivir con lo inevitable no doblega la pena, solo obliga a sobreponerse", han expresado los sanitarios. "Tuvimos mil errores, dos mil aciertos, tres mil maneras de ayudar, cuatro mil desalientos, cinco mil esperanzas pero una sola razón, todos y cada uno de vosotros", han agregado.
"Hoy todos los que conformamos el Hospital Gregorio Marañón, queremos celebrar con vosotros la salud, porque intentamos suturar el alma y, ahora sí cada salida es un triunfo, cada despedida es un aplauso, cada vida una victoria", subrayan al final de la misiva.