No busquen mascarillas entre la marabunta, porque no van a encontrar ni una. Y tampoco hay que agudizar mucho la vista para ver que las distancias se acortan peligrosamente. La calle Mayor de Irún estaba abarrotada. Jóvenes descontrolados a los que critican jóvenes concienciados con el coronavirus.
Reproches también de vecinos, indignados por las imágenes imágenes y con miedo a los rebrotes. La fiesta duró hasta la noche y más allá. Aunque se habían suspendido todos los festejos de San Marcial hay quienes salieron a la calle a celebrarlo. Insisten en viejas costumbres que desafían la nueva normalidad.
Las imágenes de fiestas o botellones en la que la distancia social o las mascarillas se olvidan, molestan especialmente a los médicos, a los que se les pone la carne de gallina cada vez que ven tumultos y piensan en un nuevo pico de enfermos. Son ejemplos de irresponsabilidad, como los numerosos casos que se han visto en las últimas semanas.