El Índice de desarrollo juvenil 2018 de España es de 4,997 [en la escala 0-10] y ocupa la posición 35 del ranking general, mejorando en una posición respecto al 2017. España mejora, sí, en desarrollo juvenil aunque se sitúa en los últimos puestos del ranking europeo, sólo por delante de Grecia, Bulgaria, Italia y Rumanía. Los jóvenes españoles tienen peor empleo, seis de cada diez trabajos son a tiempo parcial y son además los que más contratos temporales tienen de toda Europa.
Por eso retrasan la emancipación que sigue lastrando el desarrollo de la juventud española. Sólo el 8% se va de casa antes de los 25, frente al 30% de nuestros vecinos europeos. Sin embargo, se observan claros avances en educación. Estudian más años porque se quedan en casa de sus padres y en consecuencia superan la calidad de vida europea.
Ojo, pese a que haya razones económicas y de crisis para ello, tampoco hay que equivocarse del todo porque muchos jóvenes consideran “que si uno se lleva bien con los padres es lo mejor”, y más de uno considera que es una "facilidad si lo que se quiere es seguir estudiando".
En empleo, España aún está lejos de alcanzar los niveles de desarrollo precrisis (año 2009) y en 2018 existen cuatro datos determinantes de su mala posición en el ranking específico: el primero es que el desempleo juvenil (15-29 años) está en el 29,40% en España frente a 13,20% en la UE. España tiene la mayor proporción de población joven que trabaja con contrato temporal de toda la UE (56.4%), tasa que supera en 24 puntos a la media UE. Y no porque quieran.
De hecho, el 64,20% de jóvenes que trabajan a tiempo parcial en España, lo hacen de manera involuntaria porque el mercado laboral no les permite incorporarse a tiempo completo. España, junto a Grecia, Italia, Chipre y Rumanía tienen las tasas más altas de toda la UE (29,70%). Por el contrario, la cifra de trabajadores por cuenta propia supera la del total de la UE, y la de jóvenes inactivos que no estudian (5,90%) se encuentra por debajo del total de la Unión.
Destaca la recuperación en la participación en educación en edad obligatoria (15 años) (96,8%) cercana a la media UE (97,12%), a los 18 años 8 de cada 10 jóvenes en España están escolarizados (80,28%) con un comportamiento ascendente desde 2009. Aumenta la tasa de participación en Educación Universitaria a los 22 años, (32.80% frente a 31.43% en UE) y la tasa de participación en educación terciaria en España (44,30%), que mide la proporción de jóvenes que participa en estudios universitarios de grado y máster, sigue un ritmo ascendente (44,30&) y se ubica por encima de la media europea (38%).
En cuanto al abandono escolar temprano, es cierto que España sigue teniendo una de las tasa más altas de Europa (el 18,30% de los jóvenes de 18 a 24 años abandona los estudios después de la educación secundaria obligatoria) pero es reseñable la favorable evolución de estas cifras desde el año 2009 en el que se situaban por encima del 30%. Sin embargo, la asignatura pendiente es el aprendizaje de al menos dos idiomas extranjeros: mientras que en España se sitúa en 27,90% en Educación secundaria postobligatoria, en Europa esta proporción es alrededor del 50%.