La búsqueda de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife desde que se las llevase su padre, Tomás Gimeno, el pasado 27 de abril, hace ya 42 días, continúa. La búsqueda se centra en el mar y sus profundidades, de donde rescataron ayer unos objetos que este martes han confirmado que son del padre de las pequeñas. Concretamente, se trata de una botella de buceo y una funda nórdica; unos hallazgos que no hacen sino incrementar la incertidumbre y la angustia de los familiares, que aguardan al avance de la investigación y al análisis de esos objetos por parte del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid.
Estudiarán a fondo la botella de oxígeno y la funda nórdica en busca de cualquier huella o resto que pueda ayudar; en busca de cualquier pista por si pudiera arrojar alguna información del paradero de las niñas.
Todas las botellas tienen un número de serie y pasan una inspección anual, y permiten identificar al propietario.
Por su parte, la funda nórdica, la cual han reconocido los familiares también, es otro misterio más: para que apareciera a mil metros de profundidad y no flotara tuvo que ser hundida con peso.
Es otra de las muchas incógnitas que rodean al caso, que ahora podría adquirir un nuevo rumbo si estas pistas verdaderamente permiten avanzar tras más de 40 días con la investigación prácticamente atascada.
Por el momento, junto a la confirmación de que esos objetos hallados son de Tomás Gimeno, la única certeza es que desde las 20:00 horas del 27 de abril nadie ha visto a Anna y Olivia, de 1 y 6 años.
Desde entonces, se investigó el secuestro parental, sabiendo que Tomás Gimeno dijo esa noche a su exmujer, Beatriz Zimmerman, hoy destrozada por tantos días de ausencia, que no volvería a ver a las niñas.
La progenitora denunció la desaparición y desde entonces comenzó la búsqueda. La Guardia Civil analizó la casa, igual que el coche que Gimeno dejó en el puerto de Tenerife, así como la lancha en la que se embarcó tras ser visto por las cámaras de seguridad cargando varios petates.
Sus amigos, incluso, llegaron a pensar que tenía un plan de fuga, igual que Beatriz, pero la hipótesis se ha ido diluyendo: ni escondido en la isla, ni huido del país. Ambas opciones parecen muy difíciles de sostener.
Los investigadores despejan dudas: las cámaras del puerto grabaron a Tomás Gimeno solo, cargando en la embarcación un total de 6 bultos en tres viajes. Salió a navegar a las 21:30, y regresó dos horas después.
“En ningún momento se ven las niñas a través de las cámaras, ni el controlador las puede ver”, afirma Enrique Alonso, capitán del Puerto Marina de Santa Cruz de Tenerife.
La investigación se centra en el mar, y concretamente en el punto donde se pierde brúscamente la señal del teléfono de Gimeno y donde se geolocalizó dos veces aquella fatídica noche.
Allí se ha buscado con sonar y robot submarino, y se han encontrado esos objetos que Gimeno llevaba en su lancha…