Los investigadores del Instituto Geológico y Minero de España vigilan constantemente la evolución de la erupción del volván de Cumbre Vieja en la isla de La Palma. Con drones que montan cámaras térmicas sobrevuelan las coladas de lava para conocer su temperatura y coordinar con los equipos de tierra los trabajo de análisis y reacción.
Los drones aportan una valiosísima información del terreno aunque el personal especializado de la UME arriesga sus vidas para tomar el pulso directo a la lava que discurre ladera abajo hacia el mar.
En las últimas horas, especialistas de la Unidad Militar de Emergencias provistas con trajes especiales que pueden llegar a soportar hasta los 1.000 grados Celsius, toman muestras de las coladas y verifican la temperatura de estas lenguas de magma que a pesar de estar en contacto con el aire desde hace horas conservan temperaturas de hasta 840 grados.
Con todos estos datos el Pevolca coordina las acciones de evacuación de la población así como la toma de decisiones sobre los pasos a seguir para evitar que las coladas de lava causen daños a las personas.