Comer de forma saludable, eliminando el exceso de carne, no solo beneficia al medio ambiente. También podría estar relacionado con una mejor salud cardíaca y un menor riesgo de morir de un ataque cardíaco, accidente cerebrovascular u otra enfermedad cardiovascular, así lo refleja la nueva investigación publicada por ‘Journal of the American Heart Association’, una revista de la Asociación Americana del Corazón que ha realizado un estudio sobre la alimentación.
En este estudio se analizaron los datos sobre la ingesta de alimentos de más de 10.000 hombres y mujeres estadounidenses de mediana edad que participaron en un estudio llamado ‘Riesgo de aterosclerosis en las comunidades’.
Ninguno de los participantes había informado sobre signos de enfermedad cardíaca cuando comenzó el estudio. A partir de 1987, los sujetos fueron revisados de vez en cuando durante casi 20 años. Los participantes revelaron lo que comían y bebían diariamente, mientras, los responsables del estudio categorizaban los patrones alimentarios según la proporción de alimentos vegetales que consumían en comparación con los productos de origen animal.
Se recopilaron datos sobre cuántos participantes desarrollaron problemas cardiovasculares durante este tiempo y si fue la causa de la muerte de alguien durante este período. Los participantes que consumían la mayoría de los alimentos vegetales en general tenían un 16% menos riesgo de enfermedad cardiovascular como ataques cardíacos, ictus, insuficiencia cardíaca y otras patologías, un 32% menos riesgo de morir por enfermedad cardiovascular; y un 25% menos riesgo de morir por cualquier causa, en comparación con aquellos que consumieron la menor cantidad de alimentos vegetales.
“Los resultados de nuestro estudio sugieren que aumentar progresivamente la ingesta de alimentos vegetales al reducir la ingesta de alimentos animales se asocia con beneficios para la salud cardiovascular y el riesgo de mortalidad”, explicaban los responsables de estudio.
Estos científicos resaltaron que las frutas y los vegetales son buenas fuentes de fibra, potasio, magnesio, antioxidantes y fenólicos, que han demostrado reducir la presión arterial y el colesterol. Y no solo son buenas para los problemas del corazón, sino que pueden ser beneficiosas en otro tipo de enfermedades.