Diana murió agarrotada por el pánico
“No se parece a nada de lo que yo he visto antes”, dice un experto en rescatar cuerpos en medios acuáticos
El juez advierte de la dureza de las imágenes, las del cuerpo de Diana. Le dice al jurado que tiene que verlas y a los abogados y fiscal que giren sus monitores para que en la sala nadie pueda verlas. Valeria no las ve pero no puede resistirlo. Verla en los brazos de su padre, se te encoje el corazón. El jurado llora. Y solo acaba de empezar una de las sesiones más duras que recuerdo en tantos juicios de asesinos despiadados. Me he acordado de Bretón cuando quemó a sus pequeños. Todos los juicios son angustiosos pero lo que hemos escuchado hoy es irreproducible.
Los buceadores que ayudaron en el rescate del cadáver constatan el momento. Observan el video en una sala en silencio en la que solo escuchamos el grito ahogado de la hermana de Diana Quer. “No se parece a nada de lo que yo he visto antes”. Lo explica un experto que ha rescatado cadáveres de lugares angostos, en ríos y mares. “Antes de morir sucedió algo espantoso. Es la única manera que puede quedar con rigidez un cuerpo, si no todos quedan flácidos. Vivió una situación de estrés o de pánico muy grande”. Diana no pudo morir estrangulada en la calle de una manera repentina, imprudente o accidental como dice José Enrique Abuín. Diana fue raptada. Llegó viva a la nave. Pasó un miedo tan atroz que su cuerpo entero se arqueó y, rígida, murió con las piernas abiertas. El primer buceador que entró al pozo para sacarla opina igual: “Bajo el agua no es normal verlo así. Como arqueado y un poco hiperextendido hacia atrás”. Con un cuidado y una sensibilidad muy especial este buceador guardia civil ha hecho el relato más complicado seguramente de su vida. Pidió permiso para soltar el cable con los contrapesos que lo lastraban, pero le extrañó que el cable rodeara la cintura. “Para mí tuvo que hacerlo cuando el cuerpo ya estaba blando porque si hubiera estado firme, el cable se habría enganchado en sus axilas, imposible mantenerse un año y medio en la cintura, con pliegues de piel sujetándolo”. La lastró días después cuando ya estaba sumergido. El Chicle mintió.
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Los GEAS han explicado cómo elevaban el cuerpo con delicadeza, él primer guardia invertido, como Diana, sujetándola de los pies. A los 5 metros el segundo buceador recogía el cuerpo para elevarlo definitivamente a superficie. Es inenarrable pero lo han contado con una profesionalidad increíble. Porque los datos son importantes. Los 500 días del cuerpo sumergido tuvieron un efecto devastador. No solo porque el agua eliminó cualquier vestigio de la presunta agresión sexual. El agua saponificó el cuerpo. El agua era nítida pero al mover el cadáver “empezó a soltarse la piel…” No hace falta decir más. Lo importante, la brida de su cuello se quedó enganchada en su pelo. En el fondo había más. Es el arma del crimen para la acusación. Diana fue presuntamente estrangulada con la brida que quedó apretando su cuello un año y medio.
Valeria y su padre se han salido de la sala. La hermana de Diana no podía soportarlo más. Antes había visto al Chicle mirando para el lado contrario del monitor, porque no quería ver el video del cadáver en el pozo que grabó primero una cámara y luego los submarinistas. Mientras el juez se tapaba la cara.
También hemos visto el momento en el que el perro Elton encontró el cadáver. Su guía ha explicado que entró en la nave y le costó moverse porque es enorme. Pero cuando llegó al sótano fue directo al pozo. “Le llegó el olor a pesar de estar la tapa puesta”. El Chicle les guío pero dicen los investigadores que una vez detenido era cuestión de días localizar la nave en la que su teléfono les situó. La había visitado varias veces para comprobar que su crimen estaba bien oculto.