La madre de Diana Quer, sobre su hija asesinada: "Era bondadosa, buena, muy miedosa"
Advertencias y llamadas de atención del presidente del Tribunal a Diana López-Pinel
La madre de Diana Quer, Diana López-Pinel ha comenzado a testificar pocos minutos después de su exmarido en el juicio a José Enrique Abuín el único acusado del asesinato de la joven. "Eso lo sabrá el asesino, ¿verdad, chiquilín?", respondió a una pregunta de la fiscal sobre la complexión física de su hija y que terminó con una advertencia del presidente del Tribunal, de expulsarla de la sala.
La mujer, visiblemente nerviosa y entre lágrimas, ha contado que su hija era "una niña bondadosa" y "un ángel", que se comportaba de una forma "prudente" y era "muy miedosa".
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Sobre la noche de su desaparición, ha recordado, bajó de su habitación "toda vestida de blanco", aunque posteriormente se cambió de ropa, por lo que no ha podido precisar el color de los pantalones, aunque sí ha asegurado que eran cortos. Portaba un bolso, pero"no llevaba DNI ni cartera", que fue localizada en su domicilio.
López-Pinel ha contado cómo vivió el día de su desaparición, alarmada desde el principio al no encontrar a Diana en su casa por la mañana. "A las ocho y media yo ya sabía que algo malo había pasado".
La desaparición y asesinato de Diana, ha explicado, la llevó a ella y a su hija Valeria, solo se refirió a ella y así misma. "No me morí de milagro, de pena", ha subrayado.
"No deseo a nadie que pase por el dolor que hemos tenido que pasar nosotros, ni al peor del mundo", ha dicho la madre de la víctima, que ha explicado que lo sucedido es "la peor situación que se le puede presentar a una madre".
Quejas al abogado de su exmarido y alusiones al acusado
El presidente del Tribunal, Ángel Pantín, ha interrumpido varias veces a la madre de Diana Quer, que se ha quejado de presentarse "en blanco", porque el abogado que comparte con su exmarido no le había "entregado ninguna documentación". "Los problemas privados con su abogado no son pertinentes", le dijo.
Pero no fue la única vez en la que López-Pinel se ha excedido después de mirar en varias ocasiones al Chicle, llegando a interpelarlo a la hora de indicar que su hija era "muy frágil". "Eso lo sabrá el asesino, ¿verdad, chiquilín?". Al finalizar la sesión, cuando abandonaba la sala, ha tratado de acercarse al autor confeso de la muerte de su hija, una interacción que tuvo que ser evitada por varias personas presentes.