Soy diabético: ¿qué puedo comer?
“Cada día hay 1 100 casos nuevos de diabetes en España y 400 000 nuevos diabéticos se diagnostican cada año. Es una bola imparable y un gasto imparable. La solución no es dar más medicamentos a los pacientes sino una buena educación diabetológica”. Así resume Lorenzo la situación de los pacientes de diabetes en nuestro país. Y reclama más.
“Sólo el 10% de la población tiene su diabetes regulada con un endocrino. El resto, el 90%, se regula con medicación, alimentación y ejercicio”, denuncia. “La Federación Española demanda enfermeras educadoras que puedan dedicar tiempo a los pacientes, más médicos y reforzar la asistencia primaria. Estaríamos mejor de salud. La sociedad no es consciente. La gente no ve la gotera, pones el remedio cuando ya tienes la dolencia, por ejemplo, problemas de riñón”, indica.
“Necesitamos que de una vez por todas se cree una especialidad de enfermeras educadoras en diabetes. Ahora se da una fotocopia con las raciones recomendadas de cada alimento y la gente no sabe interpretarla”, insiste.
Lorenzo recalca que “lo mejor que tiene la diabetes es que no duele” pero, al mismo tiempo, “lo peor que tiene la diabetes es que no duele”. Los diabéticos pueden tener picos de azúcar que apenas se notan, pero afectan a los órganos internos. Por eso es obligatorio llevar una vida y una alimentación saludable, un consejo que debería aplicarse el resto de la población. “La gente empieza a ser consciente del valor nutricional y de los niveles de azúcar que tienen los alimentos”, señala Lorenzo.
Niega rotundamente que los diabéticos deban vivir a dieta, que se asocia a algún tipo de prohibición. Un diabético “puede comer de todo pero debe tener la información adecuada de todos los alimentos” para gestionar diariamente su enfermedad y encontrar el equilibrio para tener la glucosa en los niveles adecuados.
“No hay alimentos prohibidos, solo se deberá limitar el consumo de azúcares de absorción rápida (miel, pasteles, refrescos con azúcar...), respetar los horarios y frecuencia de comidas más indicados y controlar las raciones de hidratos de carbono”, explica Marcos Pazo, enfermero de la Unidad de Nuevas Tecnologías aplicadas a la Diabetes en el Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, en un artículo publicado en Freestylelibre.es.
De todo, pero en la cantidad adecuada
El presidente de Fedesp subraya que el mayor problema es la cantidad. Está claro que hay “alimentos más recomendables y menos recomendables”, pero considera que un diabético no debe privarse de una cena o un cumpleaños. “Lo importante es que tenga la información adecuada para que sepa de qué debe comer menos”.
Un niño con diabetes al que invitan a un cumpleaños, pone como ejemplo, debe poder comer pizza y tarta porque “si no, le hundes psicológicamente” y tendrá dos problemas. “Lo que debemos tener es la información suficiente para saber que puede comer pizza y tarta, pero una ración menor, no puede ser una porción del tamaño del resto, hay que adecuarla a su diabetes”, o si es un paciente de diabetes tipo 2, administrar insulina y, antes o después, dar un paseo.
Lo mismo ocurre con las bebidas light. Para Lorenzo, este tipo de bebidas solucionan la vida social de los diabéticos porque si no tendrían que beber agua en todo evento social. “El problema es que 4 ó 5 refrescos light no es sano”, para nadie, diabético o no. El problema es la cantidad. “Comemos más de lo que quemamos y se junta todo: cantidad, mala calidad, poco ejercicio, estrés…” en la vida diaria.
Marcos Pazo también recomienda “saber leer las etiquetas de los alimentos” porque “las etiquetas de los productos envasados pueden llevarnos a engaño sobre las características de un alimento”. Especial atención requieren los mensajes ‘sin azúcares añadidos’ (lo que no significa que el producto no contenga azúcar de manera natural) y ‘sin azúcares’ (puesto que un alimento sin azúcares puede contener hidratos de carbono).
Hidratos de carbono
Uno de los grandes problemas de la alimentación de los diabéticos es que se tiende a reducir los hidratos de carbono cuando se trata de un alimento fundamental. "Los diabéticos deben tomar hidratos de carbono, que son la gasolina del cuerpo humano. Si al cuerpo humano le quitamos la gasolina, el cuerpo se va a envenenar y va a llenarse de cuerpos fetódicos, lo que va a suponer un grave problema de salud que puede envenenar la sangre y el hígado", explica Andoni Lorenzo.
"Este tipo de alimentos son una gran fuente de energía para nuestro organismo y deben formar parte de una alimentación saludable", indica también Pazo. Así, es imprescindible "aprender a reconocer los hidratos de carbono y saber qué cantidad necesitamos en cada momento".
Enfermedad crónica
“El gran problema en nuestra sanidad es cambiar el modelo sanitario hacia un modelo de cronicidad, aprender a vivir con las enfermedades crónicas. Podemos vivir hasta los 100 años pero con 3 ó 4 patologías crónicas”, señala el presidente de Fedesp.
En el caso de la diabetes, además, cada paciente tiene sus propias particularidades, cada diabetes es individual y específica. Por eso, “los diabéticos deben pasar de espectadores de su enfermedad, a actores, tienen que ser los protagonistas. Tienes que coger tu patología porque si no lo haces tú, quién lo va a hacer”, añade. Y después, con conocimiento, “puedes cometer pequeños pecados, caprichos”, teniendo siempre, de nuevo, en cuenta “el tamaño del capricho”.