11 de junio, Día de San Bernabé: la celebración del patrón de Logroño, marcada por el coronavirus
Logroño conmemora la victoria ante las tropas del rey Enrique II de Navarra en 1521
El alcalde de la ciudad a alabado a la ciudadanía: "Solidaria, valiente, unida"
El coronavirus ha obligado a cancelar las celebraciones por el patrón de Logroño
Logroño celebra este 11 de junio el Día de San Bernabé, patrón de la ciudad. En este día se conmemora la victoria ante las tropas del rey Enrique II de Navarra en 1521.
Las tropas del rey Enrique II trataron de recuperar el reino por la fuerza, con la ayuda de bearneses, labortanos, franceses y bajonavarros, y en un asedio de 17 días, la ciudad estuvo a punto de caer. Sin embargo, tropas al mando del Duque de Nájera llegaron para ayudar y conseguir derrotar al ejército invasor. Así, el día 11 de junio se celebró el triunfo, convirtiéndose San Bernabé en el patrón de la ciudad.
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La celebración de San Bernabé 2020, marcada por el coronavirus
El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, ha brindado este jueves de forma simbólica los tradicionales banderazos con motivo de la festividad de San Bernabé a toda la sociedad logroñesa, a los 362 fallecidos por la COVID-19 en La Rioja y al futuro para celebrar el quinto centenario de las fiestas en 2021.
Hermoso de Mendoza ha intervenido durante el único acto institucional organizado para conmemorar las fiestas en honor a San Bernabé, suspendidas con motivo de la pandemia de coronavirus, en el que se ha hecho un reconocimiento público a toda la ciudadanía logroñesa y a los trabajadores de colectivos que han estado en primera línea en estos meses.
Al acto, celebrado en el patio de operaciones del Ayuntamiento de Logroño en conmemoración a su 40 aniversario, solo han asistido unas 80 personas, entre las que se encontraban los miembros de la Corporación, junto a los presidentes del Gobierno riojano, Concha Andreu, y del Parlamento regional, Jesús María García, y la delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán.
Antes, las autoridades han participado en una misa en la concatedral de Santa María de la Redonda y han asistido a un pleno extraordinario en el que el alcalde ha leído una declaración institucional.
En representación de toda la sociedad logroñesa, miembros del Consejo de la Ciudad, del Consejo de la Infancia y Adolescencia, del Consejo de la Discapacidad y de asociaciones de vecinos han escuchado la "laudatio" a la ciudad pronunciada por el profesor de la UR Bernardo Sánchez y dos piezas musicales interpretadas por la Escuela Municipal de Música, que ha escogido la jota de Logroño para cerrar este sencillo pero emotivo acto.
Hermoso de Mendoza no ha podido estrenarse con los tradicionales banderazos durante la procesión de San Bernabé, que son un símbolo de dominio de la ciudad tras resistir y superar el asedio del ejército francés en 1521.
Sin embargo, justo cuatro días antes de cumplir su primer año al frente de la Alcaldía, se ha situado bajo el arco de San Bernabé para "mirar la historia y el asedio de 1521" y ha dedicado este banderazo a la sociedad logroñesa, "solidaria, valiente, unida", a la que ha prometido "salir juntos de esta situación".
En la esquina de Cuatro Cantones, ha recordado a las 362 personas que han fallecido en La Rioja a consecuencia de la COVID-19 y ha dedicado su segundo banderazo a ellas y a sus familias.
Hermoso de Mendoza ha culminado su imaginaria procesión bajo la Puerta del Revellín, donde ha dedicado su tercer banderazo al futuro y ha pedido que "el optimismo" guíe a la ciudad de forma "esperanzadora" y ser "capaces de defender la alegría para poder celebrar dentro de un año el V Centenario".
En este punto también ha recordado a los miembros de la Cofradía del Pez, y a su cofrade mayor, el cocinero Lorenzo Cañas, que cada año se encargan de cocinar y distribuir unas 30.000 raciones del pan, el pez y el vino.
"Tomemos de nuevo, aunque sea esta vez en la intimidad de nuestras casas, el pan, el pez y el vino, la concreción del carácter logroñés, porque es el pez nuestro esfuerzo, el vino nuestra alegría y el pan vuestra bondad", ha resaltado el alcalde.
Hace ya casi 500 años la ciudadanía de Logroño mandó un claro mensaje: no se rendirían, no se doblegarían, no cederían ante el asedio de las tropas francesas, pelearían por defender su libertad y configurarían su identidad sobre la base de un ejercicio de resistencia, ha subrayado.
"Logroño aguantó el envite y mudó de piel, se transformó y empezó a creer que era posible avanzar y fue ganando terreno", ha dicho, porque lo que ha reflexionado que el momento actual "ofrece una oportunidad parecida".
"500 años después aquí estamos, primero resistiendo y haciendo un ejercicio de prudencia y responsabilidad, y después avanzando, volviendo a activar nuestra vida. Cuidando a la gente, porque ya saben que cuidar es cultivar una cierta forma de pensar y de estar atentos; es atender con cuidado", ha resaltado.
En su intervención, también ha rememorado los orígenes del edificio del Ayuntamiento, que se remontan a 1973, cuando en los momentos finales de la Dictadura, el entonces alcalde, Narciso San Baldomero, encargó a Rafal Moneo el proyecto de diseñar un nuevo Consistorio en un solar que estuvo ocupado por un cuartel de Artillería.
El arquitecto municipal, Javier Martínez Laorden, aconsejó bien al alcalde y le pidió que contase con este joven y prometedor arquitecto navarro, y acertó con la construcción del nuevo edificio, que se inauguró en 1980, ha agregado.
"Es un Ayuntamiento-Plaza, un Ayuntamiento abierto a la ciudadanía, accesible a todos desde cualquier lugar, sin gestos retóricos ni monumentales. Un Ayuntamiento donde todos los concejales, el alcalde, y todos los ciudadanos están, en el salón de plenos, a la misma altura, debatiendo los temas de la ciudad", ha explicado.
También ha dicho que es "un símbolo de una ciudad abierta y cosmopolita, accesible e integradora, un símbolo de democracia y de apertura".
Durante el acto se han proyectado dos vídeos, uno para dar las gracias a la ciudad y otro como antesala a la celebración del quinto centenario de las fiestas en 2021
La muerte de Carlos II, el Papa Inocencio XII y el Obispo de Calahorra también impidió las fiestas de San Bernabé
La coincidencia de la muerte en 1700 del rey Carlos II, del papa de Roma Inocencio XII y del obispo de la Diócesis de Calahorra, Pedro de Lepe, impidió la celebración de las fiestas de San Bernabé en 1701 en Logroño, bajo el mandado del alcalde Lucas de Gamarra.
En 2010, José Luis Gómez Urdáñez, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de La Rioja, dirigió el trabajo de investigación titulado 'El ceremonial civil barroco. El protocolo en el concejo logroñés en el s. XVII', que documenta esta suspensión de las fiestas de San Bernabé en 1701, y por el que Fernando Gil Torner obtuvo el Diploma de Estudios Avanzados.
El escribano del Ayuntamiento de Logroño dejó anotado el 16 de noviembre de 1700 que "por la misericordia de Dios en este día se halla la Iglesia sin Pontífice, España sin rey y el Obispado sin obispo".
Esto fue debido a la muerte del monarca español Carlos II el 1 de noviembre de 1700, la ausencia de papa de Roma -al fallecer Inocencio XII en septiembre y no ser nombrado Clemente XI hasta diciembre- y la muerte también del obispo de Calahorra, Pedro de Lepe.
Esta excepcional situación degeneró en disputas entre las autoridades civiles y los representantes de la "comunidad religiosa" de la ciudad de Logroño -esto es, de los conventos, los cabildos parroquiales y los canónigos de La Redonda-, lo que supuso, en primer lugar, la no celebración de las honras fúnebres por Carlos II, como era preceptivo.
Esto no impidió que el Ayuntamiento -cuyo alcalde entonces era Lucas de Gamarra- acordara que "la cantidad destinada para la dicha corrida de toros (la que tradicionalmente se celebraba en la fiesta de San Bernabé, que este año, por tanto dejará de celebrarse)" se usara para dicho funeral, ya que el concejo tenía sus bienes en concurso de acreedores desde 1689.
Por lo que, en definitiva, la misa y el voto de San Bernabé de 1701 se celebraron no el 11 de junio de dicho año sino seis meses y once días después: el 22 de diciembre.