Los humedales son reserva de la biodiversidad, fuente de agua para la actividad humana sostenible y para la supervivencia de plantas y animales y a pesar de ello, en España no cuentan con un sistema de protección legal global.
Existen innumerables tipos de humedales y de muy diverso tamaño. Desde lagos, arroyos, afluentes o estanques hasta grandes humedales marinos como los deltas. A pesar de sus peculiaridades es imprescindible protegerlos para garantizar la gestión del agua y sus caudales. Son ecosistemas "vitales para la supervivencia humana" y en las últimas décadas el 60% de las zonas húmedas en nuestro país han desaparecido, nos explica Theo Oberhuber, coordinadora de campaña de Ecologistas en Acción.
Por qué se deterioran los humedales
La acción humana es la más importante en el deterioro de los humedales, señala Oberhuber, que habla de vertidos de residuos y pone como ejemplo que el uso de plomo ha matado a 60.000 aves acuáticas. También apunta a la construcción de infraestructuras y viviendas o al secado de algunas zonas para acabar con plagas de molestos insectos como los mosquitos.
La propia naturaleza también está detrás de la destrucción de los humedales. Esta ecologista señala el papel del cambio climático, ya que la reducción de las precipitaciones está afectando a los acuíferos y está detrás de la desecación.
La combinación del suelo, el agua, las plantas y animales propios de los humedales permiten almacenar agua, protegernos contra desastres naturales causados por tormentas e inundaciones, la estabilización de la costa y su erosión y el abastecimiento de aguas subterráneas. Sin embargo, hasta los humedales más importantes de España están amenazados.
Los humedales más importantes de España
Entre los más importantes en España está el Parque Nacional de Doñana. Situado en la provincia de Huelva, con 50.000 hectáreas, es Patrimonio de la Humanidad desde 1994 y reserva de la biosfera. Importa por su biodiversidad y porque acoge especies en peligro de extinción como el lince ibérico, el águila imperial y el caballo marismeño. No obstante, está amenazado por la construcción de un almacén subterráneo de gas con capacidad para 140.000.000 de metros cúbicos, la colmatación de sus marismas y la sobreexplotación de los acuíferos para cultivos muy importantes en la zona como el de la fresa.
El Delta del Ebro, en la provincia de Tarragona, otro de los humedales más importante y más amenazado, es también Parque Natural y reserva de la biosfera. Tiene 7.700 hectáreas que peligran porque la construcción de embalses en la cuenca del río más caudaloso de España impide que sigan llegando los sedimentos que originaron el Delta. Para Oberhuber "está condenado a su desaparición".
Las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real, es el último representante de un ecosistema de tablas fluviales. Sus 3.000 hectáreas tienen origen en el desbordamiento de los ríos Guadiana y Gigüela. Con su declaración como Parque Nacional se aseguró la supervivencia de la avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada, mancada y nidificación.
Los humedales en España, -también estos tres que cuentan con la protección propia de su condición de Parque Natural y los 47 incluidos en el convenio internacional Ramsar, que promueve su uso racional-, están gravemente amenazados desde hace décadas por el cambio climático y sobre todo por la acción humana.