Este 17 de mayo, se cumplen 30 años desde que la Organización Mundial de la Salud dejó de clasificar la homosexualidad como una enfermedad mental, en 1990. Coincidiendo con esta fecha, la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea ha publicado un detallado estudio que arroja luz a la discriminación que sufren las personas del colectivo LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales). Uno de los datos que aporta el mismo es que el 48% de los españoles evitan coger de la mano a su pareja del mismo sexo en España por miedo a sufrir agresiones por ello.
La macroencuesta, que cuenta con las respuestas de casi 140.000 personas de 30 países e incorpora testimonios directos, muestra que este dato alcanza el 60% en el resto del continente. Además, y en el caso de nuestro país, el transporte público y la calle son los espacios en los que el colectivo LGBTI evita mostrar su orientación sexual o identidad de género en público para evitar asaltos o amenazas.
El estudio muestra así que incluso los países considerados como más avanzados presentan conductas homófobas a niveles preocupantes. Aunque España se encuentra por debajo de la media de países europeos en lo que respecta agresiones, un 8% de los encuestados del país asegura haber sufrido un ataque directo en los últimos cinco años (el promedio europeo alcanza el 11%). Sin embargo, el colectivo recibe un mayor acoso aquí que en el resto del continente: el 38% de europeos LGTBI reportan haber recibido insultos, amenazas o persecuciones los últimos 12 meses, frente a un 41% en nuestro país.
Además, son muy pocos los que deciden denunciar la situación a organismos y autoridades, tanto aquí como en el resto del continente. Siempre según el estudio, esto se debe a que creen que "nada pasaría o cambiaría" si reportan los hechos, aunque otras de las razones aportadas son la voluntad de no revelar la orientación o identidad sexual, o la creencia de que "no vale la pena, pasa constantemente" o de que las autoridades "no se tomarían en serio" el incidente.
En el ámbito laboral, por otro lado, 17 de cada 100 españoles aseguran haber sido discriminados en el trabajo o en procesos de selección para el mismo (el dato se sitúa en un 20% en el promedio de la UE). Eso sí, un 27% de ellos indican que han contado con el apoyo de al menos un compañero.
Por lo que respecta a escuelas y centros educativos, en torno al 90% de todos los encuestados de todos los países lamentan haber presenciado "comentarios o comportamientos" homófobos. Esto lleva a que el 66% del colectivo LGTBI de nuestro país haya ocultado su orientación o identidad sexual antes de alcanzar la mayoría de edad.
Con todos estos datos en la mano, que muestran que las conductas homófobas están más extendidas en el este del continente y que son los transexuales e intersexuales las personas que más las sufren, el documento insta a la Unión Europea y a sus estados miembros que adopten "medidas concretas, legislativas y no legislativas" para combatir el "acoso" y el "miedo" que sufre el colectivo. A su vez y apoyándose en el artículo 21 de la Carta de los Derechos Fundamentales, insiste: "el principio de trato igualitario constituye un valor fundamental en la Unión Europea que asegura el respeto de la dignidad humana y la plena participación en la vida económica, cultural y social".
En Cataluña, los Mossos d'Esquadra han registrado un mayor volumen de denuncias por delitos de odio a la comunidad LGTBI cada uno de los últimos años. Indican que, respecto el 2019, estas han aumentado un 58% y, en cinco años, desde el 2014, los delitos homófobos se han triplicado: han pasado de 38 a 119 anuales.
Por este motivo, la policía catalana ha llevado a cabo una campaña para animar a las personas que sufren este tipo de discriminación. En un vídeo, elaborado también en inglés y difundido en sus redes sociales, el protagonista maquilla las marcas de las agresiones que ha recibido, se viste acorde a su identidad de género y acude a la comisaría a denunciar: "Tus actos marcan la diferencia".
Precisamente, el Observatorio Contra la Homofobia de Cataluña (OCH) colabora con los Mossos para "hacer un seguimiento de los casos denunciados y conocer las inquietudes y problemas de seguridad en este ámbito". Esta entidad también pone cifras más actuales a la persecución de las personas LGTBI: durante el confinamiento decretado por el Gobierno por el COVID-19, presente desde el 14 de marzo, ha recibido 22 incidencias de este tipo en la comunidad catalana.
En este sentido, el presidente del OCH, Eugeni Rodríguez, estos dos meses de cuarentena han comportado "un proceso de volver a encerrarse en el armario por parte de aquellos jóvenes que no pueden expresar su identidad u orientación en sus casas, así como la población más mayor que vive en residencias y para evitar situaciones de soledad, deciden censurarse". En cuanto al colectivo de transexuales, Rodríguez denuncia que "muchos están pasando el confinamiento con quien no respeta su autodeterminación de género".
Por todo ello, la entidad defiende la necesidad de que "las políticas feministas y LGTBI sean el eje central de las políticas de cualquier administración" y de que el Estado "apruebe una Ley Estatal LGTBI que impida la vulneración de derechos de la comunidad".