El fin de las clases presenciales debido a la pandemia del coronavirus ha hecho que desciendan las consultas sobre acoso escolar, aunque se mantienen las que tienen que ver con el cyberbullying, que acaparan el 3 por ciento de todas las cuestiones que recibe la Fundación ANAR, que gestiona el servicio del Ministerio de Educación para atender a los menores víctimas de esta práctica.
Así lo ha explicadola directora del Teléfono (900018018), Diana Díaz, con motivo de la celebración este sábado 2 de mayo del Día contra el Acoso escolar. Este servicio se realiza desde el pasado 23 de marzo, debido al confinamiento, a través del Chat Anar, una modalidad, según explica, "muy segura para los niños que quieren realizar alguna consulta y necesita su privacidad" perdida debido al confinamiento.
Díaz ha señalado que en estos momentos se vive una "tregua" con respecto a los temas de acoso escolar para aquellos chicos y chicas que lo sufren en el plano presencial pero, sin embargo, recuerda que pueden seguir recibiendo amenazas y violencias a través de la tecnología, que es el nuevo escenario para ejercer esta práctica. Sobre el acoso presencial, aunque muy bajas, todavía hay consultas en relación a las consecuencias emocionales que algunos escolares han sufrido anteriormente y el miedo a volver al contexto escolar.
Respecto al cyberbullying, Díaz explica que las modalidades van desde insultos y desprecios a "menosprecios y rechazos", por ejemplo, ignorar a alumnos que están en un chat o incluso echarlos de ese grupo haciéndoles primero el vacío y luego expulsándolos. En todo caso, pese al descenso de consultas de acoso escolar presencial, los expertos recomiendan éste como un buen momento para llevar a cabo tareas de prevención en familia gracias a la "gran oportunidad" que supone una convivencia más intensiva, lo que favorece el diálogo entre padres e hijos.
Este periodo también puede servir, según indica Díaz, para identificar por parte de la familia señales de aquellos niños que han venido sufriendo acoso en el colegio durante el curso y no lo han comunicado: cambios bruscos del ánimo, ansiedad, bajada del rendimiento escolar, excesivo aislamiento o melancolía, entre otros.
Respecto a la vuelta en septiembre al entorno escolar, Díaz señala que podría verse este periodo como cualquier momento vacacional, aunque precisa que no es exactamente lo mismo ya que, aunque no hay clases presenciales, los centros permanecen abiertos y los padres pueden gestionar los casos de acoso escolar con el centro, los profesores y los alumnos implicados. "Es parecido, pero no igual. De hecho, el curso no ha terminado. El contacto sigue con los profesores y la familia puede contactar con el centro", comenta. Y también recuerda la necesidad de trabajar con el niño o la niña víctima de acoso escolar el empoderamiento y señala que existen terapias online.
Por otro lado, Díaz desconoce si la enfermedad del coronavirus se puede convertir en un nuevo motivo para sufrir acoso escolar cuando los menores vuelvan a clase o de cyberbullying en estos momentos. "No sabemos lo que nos podemos encontrar cuando se restablezca la situación. Este es un momento en el que toda la población general se ha podido ver afectada por la pandemia y una misión en las casas es explicar a los menores en que consistía el coronavirus de acuerdo a la edad", apunta.
En todo caso, recuerda que uno de los motivos para sufrir acoso escolar es el ser percibido diferente, en cualquier modalidad, como ser alto o más atractivos o llevar gafas... "Esperamos que la sociedad este muy sensibilizada con este tema", ha añadido para recalcar que es un buen momento para trabajar la empatía necesaria con el otro. Hasta ahora, lo que sí confirma es que no han recibido consultas de posibles casos de cyberbullying de menores que hayan pasado la enfermedad.
Ante el confinamiento, el servicio de Anar recalca que, frente a la bajada de consultas de acoso escolar, lo que sí están experimentando es un incremento de consultas sobre la violencia intrafamiliar que sufren los menores en casa: maltrato físico o psicológico, abusos sexuales o desamparo, que representan en estos momentos el 46 por ciento de las consultas.
Ante esta situación, y debido a que han desaparecido otros actores que pueden identificar estas violencias como los centros escolares o los de salud y deportivos, Díaz reivindica el papel de los vecinos y la familia extensa para identificar abusos contra menores dentro de sus casas.
El resto de consultas del servicio tienen que ver con problemas psicológicos y Díaz destaca especialmente los intentos e ideaciones de suicidio y las autolesiones que, además, tienen un "efecto llamada" a través de la tecnología. "Es la punta del iceberg de algo que les está sucediendo, hay un problema que está debajo de la ideación suicida", añade Díaz.
Finalmente, la directora del teléfono ha destacado la respuesta de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado durante el decreto de Alarma que han reaccionado "maravillosamente" ante cualquier traslado de casos de gravedad por parte del servicio.