En Zaragoza, una niña de sólo cuatro meses se encuentra en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Infantil. La bebé ingresó con graves lesiones internas, compatibles con el síndrome del lactante zarandeado, y podría quedarse ciega y sorda. Lo que es seguro es que, si sobrevive, tendrá secuelas para toda su vida.
Su padre ingresó este viernes en la cárcel acusado de presuntos malos tratos. La periodista Yolanda Pinilla, desde la capital aragonesa, explica que todo ocurrió en la madrugada del pasado miércoles 13 de abril, cuando el progenitor acudió con la pequeña al centro hospitalario argumentando que se encontraba mal porque estaba vomitando mientras le daba el biberón.
Los médicos que le atendieron se percataron enseguida de la gravedad de las lesiones y dieron cuenta al juzgado, que notificó los hechos a la Policía Nacional.
Desde entonces, la menor, que cumple este sábado justo cuatro meses, está ingresada y su estado de salud es muy grave. Cuando llegó al hospital, estaba sin ningún tono muscular, totalmente arreactiva y con una respiración superficial, según apunta El Heraldo de Aragón.
El principal sospechoso, de 37 años, declaró ante la jueza que él no la zarandeó y que no sabe bién qué es lo que ocurrió. Por la gravedad de las lesiones y para evitar la fuga del detenido, la magistrada lo ha enviado a prisión de forma preventiva.
Pese a que lo ha negado, el padre era la única persona que ese día estaba al cuidado de la pequeña ya que la progenitora se encontraba en Barcelona realizando unas gestiones, tal y como han confirmado los agentes.
La madre, representada por la abogada Carmen Sánchez, también fue arrestada en un primer momento por posibles malos tratos, pero fue puesta en libertad provisional.