Desagradable episodio de caballos muertos en Jimena de la Frontera (Cádiz)
Verdemar-Ecologistas en Acción denuncia el fallecimiento de ocho ejemplares
Más de 240.000 caballos han sido sacrificados en España entre enero de 2012 y abril de 2016
Verdemar-Ecologistas en Acción denuncia un penoso episodio de abandono de caballos, concretamente en una parcela situada detrás del colegio Reina de los Ángeles muy cerca del aparcamiento de autobuses en Jimena de la Frontera (Cádiz), el número de ejemplares muertos ascienden a ocho.
Desde enero de 2012 hasta abril de 2016, 241.163 équidos fueron sacrificados en mataderos de nuestro país, según cifras oficiales del Ministerio de Agricultura. Según la Asociación CYD Santa María estima que esta cifra se triplica si contabilizamos todos aquellos que mueren abandonados y maltratados en los campos españoles, que no han sido identificados adecuadamente por sus propietarios.
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Las instituciones no están cumpliendo con sus responsabilidades ante la Ley, por tanto, se necesita la colaboración de todos los ciudadanos para ayudar a unos animales que, desde principios de los tiempos, han ayudado al ser humano con su propio esfuerzo, entrega y sacrificio.
Según se recoge en la Ley 11/2003 de la Junta de Andalucía sobre maltrato animal, en las últimas décadas ha proliferado, en las sociedades más civilizadas, un sentimiento sin precedentes de protección, respeto y defensa de la naturaleza en general y de los animales en particular, convirtiéndose en un asunto de índole cultural que importa al conjunto de la ciudadanía. A este proceso de sensibilización han contribuido especialmente factores tanto científico-técnicos como filosóficos.
De una parte, la ciencia, a través del estudio de la fisonomía animal, ha demostrado empíricamente que los argumentos que fueron esgrimidos durante tantos siglos para distanciarnos de los animales carecían de justificación, siendo cruciales en este proceso los modernos estudios sobre la genética. Al mismo tiempo, los estudios realizados sobre las capacidades sensoriales y cognoscitivas de los animales no han dejado duda sobre la posibilidad de que estos puedan experimentar sentimientos como placer, miedo, estrés, ansiedad, dolor o felicidad.
De otra parte, la constatación de estos datos ha generado, desde mediados de los años sesenta, un importante replanteamiento ético, en clave ideológica, en torno a la posición del hombre frente a los animales, con el objetivo fundamental de esclarecer dónde se halla la difusa frontera entre la protección de los animales y los intereses humanos. Todo ello ha dado origen a una nueva línea legislativa nacional e internacional en materia de protección de los animales.
En este último ámbito, son numerosos los textos que hacen referencia a estos principios proteccionistas. De entre ellos destacan la Declaración Universal de los Derechos del Animal, aprobada por la UNESCO el 17 de octubre de 1978, y en el ámbito de la Unión Europea la Resolución del Parlamento Europeo de 6 de junio de 1996, iniciativa materializada en el Protocolo anejo al Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea número 33, sobre protección y bienestar de los animales, introducido por el Tratado de Amsterdam.
Por todo ello exigimos una inmediata investigación sobre todo lo acontecido en la muerte de los ejemplares y que se dirimen responsabilidades.